América Latina, ¿el granero global?
América Latina y El Caribe (ALC) cuenta con los recursos naturales necesarios para ubicarse como el exportador número uno de alimentos, en un lapso de dos décadas, asegura el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Sin embargo, las deficiencias de su infraestructura rural y de transporte, resultado de décadas de bajas inversiones públicas y a menudo ineficientes, aumentan los costos de transacción, indica.
En el informe La Próxima despensa global. Cómo América Latina puede alimentar al mundo explica que los gobiernos deben incrementar su inversión en infraestructura a por lo menos 4% del Producto Interno Bruto (PIB) si quieren alcanzar su potencial de productividad agrícola y comercio de exportación.
El BID argumenta que en la actualidad la deficiencia de sus caminos, puertos e instalaciones de almacenamiento impide que los agricultores entreguen sus productos en los mercados y agrava el problema de descomposición y pérdida de productos.
En este sentido, la logística y el transporte pueden representar hasta 60% del precio total de los alimentos y se sitúan entre los costos más elevados de la cadena de valor, en vista de las modestas reducciones de los aranceles de importación
en toda la región, puntualiza el informe del BID.
Añade que muchas de las comunidades agrícolas de la región sencillamente están demasiado desligadas de las oportunidades de negocio y mercado que podrían ayudarlas a ser más productivas y prósperas.
A esto hay que agregar que la falta de equipos poscosecha, bodegas, silos y otras instalaciones de almacenamiento son uno de los principales factores que contribuyen a la pérdida de comida en ALC.