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Septiembre 19 -1985: aquel amargo despertar

En esta última entrega, las memorias, las reflexiones y los aprendizajes a 30 años del sismo que marcó no sólo a la Ciudad de México, sino a todo el país.
jue 17 septiembre 2015 12:04 PM
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terremoto_1985_México_2 - (Foto: Tomada de Department of the Interior/U.S. Geological Survey)

NOTA DEL EDITOR. Este artículo se publicó el 19 de septiembre de 2015 para conmeorar el 30 aniversario del terremoto. La primera parte de este artículo f ue publicada el 19 de septiembre de 2015 .

Desde la mañana del 19 de septiembre un comentario se esparcía con una seguridad abrumadora: "habrá réplicas". Se temían de antemano cómo serían las de tan aparatoso movimiento, pero nadie esperaba un terremoto aparte.

A las 20:38 horas del viernes 20 de septiembre, en el golpeado, histérico y parcialmente a oscuras Distrito Federal, un segundo sismo presentaba lecturas de entre 7.3 y 7.6 Richter.

Aunque aún hoy se le diga 'réplica', por definición científica el movimiento del día 20 no fue tal, ya que tendría que ser una fracción del primer temblor. Las verdaderas réplicas que sucedieron a estos dos sismos marcaron entre 3 y 4 grados Richter hasta el último día de ese mes, al menos.

En realidad, la combinación de los dos sismos se trató de un "evento múltiple", como apunta Alejandro Nava en su libro Terremotos (Fondo de Cultura Económica, 2012). Aunque ambos movimientos se originaron en la llamada brecha de Michoacán (que se extiende cientos de kilómetros) el epicentro del viernes 20 se localizó más cerca de Zihuatanejo, Guerrero.

A pesar de estar encadenados, el segundo sismo no fue un reflejo del primero, puesto que su área de ruptura, zona de rompimiento de roca que produce energía sísmica, fue otra. Algunos medios publicaron que unos 15 edificios habían caído con el movimiento del viernes. 

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Nota: Claves de la construcción anti sismos

Al centro el edificio B-2 que se desplomó por la mitad con el sismo del viernes 20. FOTO: tomada de eluniversal.com.mx

De acuerdo con el arquitecto Iván Salcido, autor del libro El terremoto de 1985, treinta años en nuestra memoria, en la unidad habitacional Nonoalco-Tlatelolco, "después del segundo sismo, más de 120,000 habitantes fueron evacuados por el ejército: el edificio Chihuahua se hundió varios centímetros […] se pensaba que la Unidad no volvería a ser habitada" 

Increíblemente, este último inmueble aúnpermanece en pie y está habitado, aunque perdió su verticalidad desde 1985.

Resultado del temblor del viernes 20, el edificio B-2 de 11 niveles en los Multifamiliares Juárez, ya desalojado, colapsó exactamente por la mitad, quedando dividido a la altura de un núcleo de escaleras.

Números que no cuadran

El recuento levantado en el Distrito Federal siempre ha sido debatido: no hay consenso ni cifras cerradas y gran parte de ello se debe al mal manejo de la información.

Aun así, investigadores como Salcido, confrontan las cantidades que publicó la Comisión Metropolitana de Emergencia en octubre de ese año, que hablaban de 5,728 inmuebles afectados, de los que el 15% (unos 890) habían sufrido colapso parcial o total, contra el resultado de su contabilidad: "30,000 estructuras fueron destruidas y aquellas con daños parciales sumaron 68,000".

Se cree que unas 50,000 familias quedaron sin techo en un parpadeo.

Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas (SCOP), hoy SCT. FOTO: tomada de doi.gov

En cuanto a la polémica sobre los decesos que los sismos causaron, las cifras que fueron admitidas por los informes del Departamento del Distrito Federal y la Presidencia de la República van desde 6,000 a 10,000 personas fallecidas, datos que siguen permeando en documentos oficiales recientes.

Nota: Lecciones que aprendió Chile para resistir un sismo

El Centro de Instrumentación y Registro Sísmico, asienta 20,000 en su página cires.org.mx. En oposición a la cuota semioficial, el propio Salcido indica que "en la actualidad el estimado es de cerca de 40,000 personas fallecidas a causa del terremoto. El número de personas rescatadas de entre los escombros fue de 4,000, muchas de las cuales fueron halladas hasta 10 días después del primer sismo". 

Edificio Nuevo León en Tlatelolco. FOTO: tomada de doi.gov 

Tan sólo en el colapso del edificio Nuevo León, una torre de 14 pisos en la Unidad Nonoalco Tlateloco (proyecto de Mario Pani), del cual cayeron dos de sus tres secciones separadas por juntas constructivas, Salcido menciona que "se calcula extraoficialmente que murieron más de 1,000 personas". 

El Nuevo León estaba habitado, literalmente, hasta el tope, puesto que los cuartos de azotea se rentaban como vivienda. Irónicamente, como resalta el autor, la sección que no sucumbió era la menos poblada, pero no sólo eso: el edificio estaba siendo sometido a una recimentación que resultó fallida. Además de este penoso siniestro, 23 edificios más del conjunto sufrieron daños graves.

Otro de Pani, el Conjunto Urbano o Multifamiliar Presidente Juárez, en la colonia Roma, sufrió el colapso de uno de dos módulos del edificio A-1, el mayor del desarrollo, y la totalidad del C-4, muy conocido por estar construido sobre el paso a desnivel de Avenida Orizaba.

Nota: 1985: la Ciudad de México se ha reconstruido sobre sí misma

También sufrieron daños hospitales como el Juárez (colapso total de la Torre de Hospitalización y Residencia Médica, que cobró más de 1,000 vidas), y el Hospital General, edificio de Ginecobstetricia, de donde se rescataron varios "bebés milagro", horas y días después de los sismos. 

 

El desaparecido paso a desnivel de Av. Orizaba. En primer plano el edificio C-4, colapsado durante el sismo. FOTO: tomada de Tumblr/Unavidamoderna

Otros inmuebles, como las escuelas Secundaria Héroes de Chapultepec, el Conalep y el Instituto Cultural, en Tlalpan y Miguel Ángel de Quevedo, sufrieron colapsos y pérdida de vidas de alumnos y profesores. Negocios como el café Superleche o Copicentro se vinieron abajo. 

Hoteles como el De Carlo, frente al Monumento a la Revolución, el famoso Regis y el Finisterre, cerca de Metro Tasqueña, sufrieron colapso total o parcial. Muy dañados y con derrumbes menores quedaron los hoteles Continental Hilton sobre Reforma, el Del Prado y el Alameda, frente al Hemiciclo a Juárez, por lo que fueron demolidos posteriormente.

Trabajos de rescate en el Hospital Juárez. FOTO: tomada de doi.gov

Quedaron destruidas total o parcialmente los edificios de algunos medios como Televisa o la revista Siempre!, ambas en Avenida Chapultepec. Fueron dañados o semi colapsados tiendas como el Sears Lindavista, el Suburbia de la calle de Puebla, en la Roma; edificios de gobierno como Secofi o la SCOP (hoy SCT) y muchas construcciones más que incluyen estacionamientos y cines.

Talleres de maquila de ropa en el área de San Antonio Abad, donde murieron al menos un millar de mujeres, jóvenes en su mayoría, refiere Salcido, como Topeka, Escailon, Yale y otros, quedaron bajo el peso de los escombros, rollos de tela y pesados equipos y maquinarias, lo que reveló mal uso y sobrecarga de las estructuras, así como prácticas laborales infrahumanas.

Desde estas experiencias aparecieron por ley las placas de uso y destino en los inmuebles, mismas que pueden observarse en muchos edificios con lo que se pretende evitar usos distintos a los calculados.

La lenta y penosa recuperación

El ejército espontáneo de voluntarios más algunos especialistas y cuerpos de seguridad recibieron poco a poco ayuda más sofisticada de rescatistas internacionales. 

Cerca de 4,000 personas fueron rescatadas con vida de entre las ruinas, algunas muchos días después de los desplomes. 

"El miércoles 25 de septiembre inició oficialmente la fumigación de 1,132 edificios derrumbados, momentos en que el Departamento del Distrito Federal (DDF) anunciaba la demolición de 417 edificios con explosiones controladas, los cuales se volvieron un macabro espectáculo que por lo menos le daba a la gente una esperanza de que la reconstrucción estaba en marcha y de que todos debíamos seguir adelante", resume Iván Salcido.

Los desechos de la mayoría de los colapsos llevaron meses en ser removidos y las llamadas demoliciones controladas, realizadas por especialistas con explosivos se ejecutaron hasta entrado 1986.

El Hotel Continental Hilton (Reforma e Insurgentes) tras su demolición. FOTO: tomada de skyscrapercity.com

La mitad de las 12 torres de departamentos con altura de 22 pisos fueron demolidas en Tlatelolco: la 20 de Noviembre y la Atizapán entre ellas. El Churubusco y el Molino del Rey, entre otros, también debieron derribarse y a algunos se les redujeron niveles.

En el Multifamiliar Juárez, complejo de menor dimensión, se vivió una situación similar. El ala sobreviviente del A-1 en los Multifamiliares Juárez, fue detonado el 26 de octubre de 1985. Nueve edificios más del conjunto desaparecieron dejando su espacio a áreas verdes.

Trabajos de remoción de escombro en el Multifamiliar Juárez. FOTO: tomada de doi.gov

Muchos terrenos quedaron baldíos y lo siguen aún. Otros tantos se reutilizaron y reconstruyeron con el mismo uso anterior, algunos más cambiaron de giro y se ocuparon otra vez, y pocos más se convirtieron en sitios permanentes de homenaje, como el Jardín del Reloj en el terreno del Nuevo León o la Plaza de la Solidaridad en el predio del Hotel Regis. Un mural concluido por Chávez Morado en 1989 en el Centro Médico, rinde "un tributo a la acción solidaria de la sociedad civil ante el desastre".

El mural Homenaje al rescate da la bienvenida a un gran vestíbulo con acceso al Metro y diferentes servicios, además de una sala de espera. FOTO: Cortesía Alain Prieto 

La Secundaria Héroes de Chapultepec, famosa porque en ella estudió el Premio Nobel Octavio Paz o el presidente Luis Echeverría, respetó como patio el sitio de las aulas colapsadas que fueron repuestas en otro espacio de la misma propiedad y permanece en operación. El Conjunto Plaza Juárez, inaugurado en 2006, que incluye la nueva Secretaría de Relaciones Exteriores, ocupó el castigado polígono del Hotel Alameda.

La tarea post sismos

Gran cantidad de revisiones en criterio y cálculo estructural se han desprendido de las enseñanzas de 1985. Antes de un mes estaban publicadas las Normas de Emergencia que pretendían regular las obras en proceso hasta el momento en que viera la luz un nuevo reglamento en forma.

Con el tiempo se ha llegado a la modificación de los 'espectros de diseño' para estructuras, así como la sub zonificación de la Zona III (suelo lacustre) que distingue los factores de seguridad con el que deben plantearse las obras nuevas.

Normas de Emergencia publicadas el 18 de octubre de 1985. FOTO: Cortesía Archivo Prieto Soldevilla

En los análisis de los colapsos del 19 y 20 de septiembre, se pudieron observar patrones susceptibles de daño en inmuebles, como las geometrías irregulares o caprichosas, la falta de rigidez o escasez de muros de carga en algún sentido expuesto a empuje sísmico y las plantas bajas débiles, con columnas altas sin elementos rigidizantes.

Por su parte, el Programa Renovación Habitacional Popular (RHP) abarcó cinco delegaciones donde reconstruyó, rehabilitó o reparó vecindades en colonias tan golpeadas como la Guerrero, la Valle Gómez, la Morelos o Tepito. 

Mediante expropiaciones se intervinieron más de 5,000 predios. En 1987, al disolverse RHP —que logró reconocimiento internacional—, se habían construido "45,663 viviendas directamente por el organismo y 2,347 más por otras instituciones autorizadas y normadas por él", dice el libro Testimonio publicado en 1987 por el Colegio de Arquitectos de México y la Sociedad de Arquitectos Mexicanos.

El 9 de octubre de 1985 fue firmada esta carta incluyendo a las organizaciones de damnificados y el presidente De la Madrid. FOTO: Cortesía Archivo Prieto Soldevilla 

Entre 2010 y 2012 la red de sensores del Sistema de Alerta Sísmica se amplió hacia diferentes estados para cubrir más regiones y poner bajo aviso al DF en caso necesario. Este 2015, se llevó a cabo un macrosimulacro y se probaron los más de 8,000 nuevos altavoces que el gobierno capitalino dispuso para difundir la Alerta Sísmica del Cires.

Áreas de ruptura (líneas continuas) y ubicación de réplicas de los sismos de 1985. FOTO: tomada de:Terremotos. Alejandro Nava, Fondo de Cultura Económica, 2012.

Actualmente, también proyectos académicos y de investigación se suman al esfuerzo. Por ejemplo, el Departamento de Riesgos Naturales y Antropogénicos de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán, UNAM, entre otros, propone enfoques nuevos para evaluación de vulnerabilidad, análisis de riesgos sísmicos y comportamientos estructurales, dirigidos inclusive a la infraestructura que no existía en 1985, como puentes viales y el segundo piso del Anillo Periférico.

Asimismo, se ha anunciado que pronto se publicará un nuevo Reglamento de Construcciones para el Distrito Federal que incluirá modificaciones técnicas encaminadas a un diseño sísmico más riguroso. 

En conjunto, estos avances pretenden brindar a la Ciudad de México la oportunidad que no tuvo hace tres décadas ante la fuerza de terremotos mayores. Lo dice la estadística: es una certeza que volverá a vivirse en el futuro.

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