En un comunicado el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) señaló al respecto que “escuchamos a un Estado más preocupado por mantener una inflexible política de austeridad, proyectos de infraestructura que no abonarán al rescate económico ni a la recuperación de mediano plazo, y una mal entendida responsabilidad fiscal”.
Un día antes de que el presidente anunciara la decisión de continuar todas las obras públicas impulsadas por su gobierno, el IMCO le había sugerido suspender “temporalmente” las obras que están demandando recursos importantes de inversión pública, a fin de encauzar ésta para mantener puestos de trabajo en pequeños negocios.
Tan solo en el caso del Tren Maya el Instituto señala que “la experiencia internacional muestra que en promedio los proyectos ferroviarios elevan su costo en un 45% sobre lo presupuestado”.
La ruta más sensible del Tren Maya
No sólo eso. El IMCO alertó que “si la planeación no es la óptima, se estima que el costo de construcción del proyecto podría aumentar entre 4 y 10 veces más que los 120 a 150,000 millones de pesos estimados por el gobierno federal”.
Para el Instituto en el nuevo escenario de emergencia sanitaria era preciso “reenfocar los recursos de inversión pública comprometidos en las obras emblemáticas del sexenio”, pues ello permitiría hacer inversiones en investigación, desarrollo, medidas profilácticas y tecnología biomédica y hospitalaria que pueda ayudar a controlar la crisis.
En un análisis realizado sobre el plan presidencial ante el COVD-19, el IMCO reiteró que la decisión debía haber sido “suspender al menos temporalmente los proyectos de inversión que no generen beneficios sociales en el corto plazo”, pues considera que “cada peso que se destine hoy a los proyectos de infraestructura como Dos Bocas será un peso que no llegará a los bolsillos de las familias que más lo necesitan”.
El IMCO insitió: “Se requiere acelerar el crecimiento del presupuesto en salud y reactivación económica y pausar los proyectos de inversión de largo plazo”.
La semana pasada también se dio a conocer un informe del Centro de Investigaciones Económicas y Presupuestarias y de la Fundación Friedrich-Ebert-Stiftung, en el que se calcula que podrían liberarse al menos 43,000 millones de pesos con la suspensión de obras como el Tren Maya, La refinería de Dos Bocas, el aeropuerto de Santa Lucía y el corredor del Istmo.