El precio se trasladará a la producción de inmuebles, principalmente de vivienda nueva, que verán crecimiento de 2% y 3% en su costo al consumidor —alrededor de 8% para el desarrollador—, pero que con el avance del año se regulará, explica Jorge Yarza, líder de Construcción, Hotelería y Bienes Raíces de la consultora Deloitte.
“Sí esperaríamos un incremento moderado en el corto plazo. A lo largo de la historia han habido más embates en consumo, pero se ajustan por oferta y demanda”, dice el experto.
El aumento en el valor en los materiales de construcción no es una sorpresa y es menos grave de lo esperado; “no es la primera vez que vemos estos golpes (...), pero el producto y proceso por parte de desarrolladores, a pesar de la crisis, tuvo una relativa estabilidad de precios”, explica.
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El fenómeno se da, principalmente, por la reactivación de las economías de Estados Unidos y China, que van adelante del resto de países y tienen repercusión en el mercado mundial.
“Se convierten en demandantes extraordinarios por encima de lo que era la tendencia, y generan una mayor demanda en esos países, lo que arrastra el precio a nivel internacional”, agrega Jorge Yarza.