Parecía que la pesadilla comenzada cuatro años atrás había terminado, pero en cuanto las cámaras se fueron y los discursos cesaron, las casi 40 familias que vivían en el inmueble se enfrentaron a su realidad, "nos engañaron a nosotros y luego a la Comisión" cuenta uno de los vecinos refiriéndose a la empresa constructora que, entonces, estaba a cargo del proyecto.
Los muros nuevos y pulcros por estar recién pintados no dejaban ver que al interior del edificio los espacios estaban inhabitables. Las puertas de los elevadores brillaban, pero por dentro estaban vacías, ya que el ascensor no había terminado de ser pagado y, a consecuencia, instalado.
Un año después de haber dado por concluida de manera oficial la reconstrucción, en septiembre de 2022 la mayoría de las personas no habían podido regresar al que un día fue su hogar ya que la suma de deficiencias acumuladas hacían el lugar inhabitable.
“Si se venían las 40 familias a vivir aquí, todo iba a colapsar”.
Actualmente la obra ya está en la fase final, afinando los últimos detalles para que en enero del próximo año los departamentos sean escriturados y totalmente entregados. No obstante, la historia que tuvieron que vivir las familias para llegar a este punto final, estuvo llena de promesas rotas y tragos amargos.

La historia
Uno de los vecinos del inmueble, que ha dado seguimiento a las obras, accedió a hablar con Obras sobre lo ocurrido en los últimos cinco años.
En 2017, tras los daños ocasionados por el terremoto, las familias de los 40 departamentos consultaron a especialistas, quienes dijeron que la mejor opción para el edificio era su demolición Se acercaron a la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda de la Ciudad de México (Seduvi), antes de que se creara la Comisión para la Reconstrucción, para ver las posibilidades que existían.