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El ABC para entender los sismos de la CDMX y cómo afectan a los edificios

Los conocidos "microsismos" han alertado a los habitantes de la capital, después de que se diera a conocer el hallazgo de una grieta en Plateros-Mixcoac.
mié 21 febrero 2024 08:48 AM
Una guía para entender los nuevos temblores y "microsismos" de la CDMX
Desde diciembre se han percibido sismos de poca duración con epicentro en la CDMX.

Vivir en la Ciudad de México es siempre estar alerta de las lámparas que cuelgan de los techos. Ante cualquier pequeño mareo, la reacción automática y natural es voltear hacia arriba para ver si se trató de una sensación personal o si verdaderamente se movió el suelo.

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Desde finales de diciembre del 2023 e inicios de este año, este movimiento ha sido, más bien, un jalón fuerte y breve, pero que no se siente en todos los lugares de la capital y al que investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) respondieron con un análisis que indica el descubrimiento de una nueva grieta tectónica, bautizada como Plateros-Mixcoac, en el poniente de la capital del país.

Pero aunque el hallazgo encendió las alertas de la ciudadanía, el nombramiento deja a los expertos en la materia más dudas y respuestas, pero un consenso sobre un tema en particular: que no haya pánico, los edificios, incluso los que están sobre el origen de los sismos, son seguros.

El origen de los temblores

La versión oficial del equipo de investigadores del Instituto de Ingeniería de la UNAM, conformado por Jorge Aguirre González, Leonardo Ramírez Guzmán y Moisés Contreras Ruiz, es que hay una falla normal en la zona que pudo haber originado los sismos recientes. Esta comienza en Periférico y se desarrolla por un kilómetro hasta Plateros.

La reactivación de la falla, apuntaron, puede ser por la acumulación de temblor en la región o el hundimiento del Valle de México y la recarga del acuífero en la Sierra de las Cruces. Por este hallazgo se instalaron 15 estaciones de registro con sensores que revisan la velocidad y aceleración de los sismos.

La geología, aún en la actualidad, es difícil de investigar, por lo que el origen de los temblores está lleno de “probables”. Sergio Almazán, geólogo y presidente fundador del proyecto de divulgación científica de Chema Tierra, explica que el hallazgo es la traza, no la falla en sí misma, “se está reactivando, pero ya existía. Incluso hay estudios que señalan que pudiera estar asociada con lo que antes era Río Mixcoac. Pero con todos los instrumentos que ahora hay ayuda muchísimo a detectarlo”.

Puntualiza, también, que el descubrimiento se trata de una grieta, que no es igual a una falla, sino el reflejo de alguna que esté a más profundidad y que no se puede ver. “Faltan muchos estudios para saber exactamente dónde pasa la falla a profundidad y qué tan fuerte puede ser”.

Fausto Lugo García, exsecretario de Protección Civil de la Ciudad de México y especialista en seguridad y planes de atención de emergencia, coincide en que no se trata de algo nuevo. Él considera que es la continuación de una fractura que se registró en 2017 y se publicó en el Atlas de Riesgos y Peligros de la Ciudad de México. Esta se ubica cerca de Revolución, la zona en la que se han sentido los temblores.

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Eduardo Reinoso, investigador del Instituto de Ingeniería de la UNAM, tiene una visión distinta. Él considera que no se puede estar todavía seguros de que sea una falla como tal, “sí hay evidencias físicas y tengo colegas que lo están revisando, pero no hay una evidencia sismológica. En el servicio sismológico no se van a ver sismos que ocurran a lo largo de la falla, sino en todas las colonias de la zona (...) Pudiera ser que fuera un efecto más bien superficial del suelo, un reacomodo del suelo que se está mostrando a lo largo de una línea”, agrega.

Pero si ya existía esta falla, ¿por qué los sismos en la actualidad? Los expertos coinciden en que la reactivación no es fuera de lo normal pero la causa también es dudosa. De acuerdo con Sergio Almazán, hay dos teorías. La primera, la liberación de tensión regional, la más aceptada.

“A través de los miles y millones de años, los continentes, como sabemos, se van moviendo y se va acumulando la energía, porque recordemos que las grandes placas tectónicas producen grandes terremotos y se mueven un centímetro por año. Toda esa tensión de arriba de vez en cuando es liberada en las fallas locales”, puntualiza.

La segunda teoría es el hundimiento de la Ciudad de México por la recarga y no recarga de los acuíferos, pero esta se encuentra todavía en estudios.

Fausto Lugo, especialista en planes de seguridad, ratifica que los sismos de baja intensidad con origen en la Ciudad de México no son nuevos, ya que hay registros de que estos fenómenos se han presentado con continuidad.

La diferencia en la actualidad es que con la ampliación de la difusión de información con las redes sociales, más personas se enteran de ellos. Además de que en estos momentos se vive un “enjambre” o secuencia sísmica en donde suele haber de cinco a 100 sismos en una zona, un fenómeno típico de los movimientos telúricos.

Almazán puntualiza que este tipo de sismos pueden ocurrir en cualquier lugar, sobre todo en el Valle de México en donde había muchos lagos y ahora hay una pila de sedimentos que oculta las fallas que rodean la zona de montañas o que atraviesan a la capital del país.

“El suelo debajo de nosotros, digamos a un kilómetro o más, pues está medio tinturado, medio despedazado y tiene reacomodos, y esos reacomodos originan estos temblores locales que esperamos y deseamos que nunca lleguen a ser muy grandes”, agrega Eduardo Reinoso, de la Coordinación de Ingeniería Sismológica de la UNAM.

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¿Microsismos?

Aunque el término correcto son sismos cortos o de baja intensidad, ya que los “microsismos” no existen, dicen los especialistas, el nombre proviene de que son movimientos de poca intensidad —aunque de percepción alta en la zona del origen— y de corta duración.

Esto se debe a que son sismos corticales, es decir, superficiales, que el geólogo fundador de Chema Tierra, Sergio Almazán, define como “pequeñas cicatrices en la parte superior de la placa”, diferentes a los intraplaca, que se originan cuando se mueven las placas tectónicas y se perciben en los límites de estas, y suelen ser los de intensidades altas.

Estos pequeños temblores tienen magnitudes que van desde la magnitud 1 a la 3.5, aunque en el epicentro se puede sentir como un sismo de hasta 5 grados, agrega Fausto Lugo.

El efecto en los edificios

Que no haya pánico es el principal mensaje respecto a estos temblores. Eduardo Reinoso, experto en la materia, dice que los edificios que se hicieron después del nuevo reglamento de construcción están bien protegidos. “(Sobre) los viejos, no quiere decir que se vayan a caer ni mucho menos, pero antes del 85 no se conocía tanto del suelo de la Ciudad de México. A partir de entonces se ha construido mucho mejor”, afirma.

En estas normativas de construcción se incluyen medidas para sismos con fallas locales, considerados con una magnitud de hasta 5 grados, por lo que no debería haber fallas importantes ni siquiera en este escenario.

El especialista apunta que en ese caso se va a percibir por toda la población de manera fuerte, pero a menos que se trate de “una casa de adobe”, las edificaciones no se van a derrumbar. Podría haber problemas de cuarteaduras en acabados en inmuebles, pero no con daños graves. “Los edificios medianos y altos naturalmente están protegidos para temblores muy cercanos, porque no alcanzan a vibrar con temblores que están muy cerquita”.

Reinoso no recomienda emprender estrategias de refuerzo a construcciones, ni siquiera las que están en zonas de los epicentros, ya que aún no hay información suficiente sobre las fallas y lo que se conoce, indica, se trata de sismos de poco impacto en las construcciones.

Para que la población se sienta más segura, el investigador recomienda preguntar sobre los ingenieros y constructoras involucradas en la construcción de un edificio e investigar sobre su reputación, aunque la manera de saber realmente la resistencia de un edificio es a través de su estructura y esta no es visible cuando se busca un inmueble.

Fausto Lugo además recomienda seguir las instrucciones de Protección Civil en estas situaciones, como si se tratara de un sismo de alta intensidad.

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