La estructura del pavimento
El pavimento es más que una simple capa de asfalto negro sobre la calle. Su conformación tiene que ser adecuada al tipo de suelo en el que se aplique, al clima, tipo de tránsito y evolución a largo plazo.
Existen dos clases principales de pavimentos: el asfáltico, de color negro, y el hidráulico, hecho de concreto. Cada uno requiere diferentes técnicas de construcción y mantenimiento, ya que, aunque el segundo es popular por dañarse menos, en lugares como la Ciudad de México es difícil colocar y con el tiempo también tiende deteriorarse.
¿Qué es un bache y cómo se origina?
Un bache es una oquedad que aparece en la superficie del pavimento debido a la degradación progresiva de la capa asfáltica. Este deterioro suele comenzar con la aparición de pequeñas fisuras en el pavimento, un proceso natural acelerado por el peso del tráfico y los cambios climáticos.
“En la Ciudad de México, el pavimento asfáltico se envejece rápidamente, formando microfisuras que con el tiempo aumentan de tamaño. Estas grietas permiten que el agua de lluvia penetre hasta las capas inferiores, debilitando la base del pavimento y causando el colapso de la superficie”, explicó Paul Garnica, consultor de en infraestructura de transporte, en Génesis de un bache.
El especialista dice que en general las señales llegan incluso antes de las grietas, con el desprendimiento de la grava o “piedritas” que indican que el pavimento ya no está en buenas condiciones. Equipara la situación a la piel humana.
“En época de frío la piel se maltrata más y de pronto vemos grietas. Una vez que pasa eso te das cuenta de que te tienes que poner crema, pero se tuvo que haber hecho antes”, dice Paul Garnica en entrevista.
Por su parte, Enrique Elizalde Romero, jefe del Laboratorio de Geotecnia en la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), puntualiza que el origen de muchos baches se debe a que, en primera instancia, no se compacta adecuadamente la terracería.
“Cuando la base no está bien compactada, el agua se filtra y debilita el suelo, causando que el asfalto se fracture al pasar los vehículos”, afirma. Según el experto, una de las principales fallas en la pavimentación es la falta de supervisión y control en la compactación inicial, lo que deriva en una estructura menos resistente.
Factores de deterioro: clima, tránsito y calidad de materiales
El clima, especialmente la temporada de lluvias, desempeña un papel importante en el desgaste del pavimento.
En la Ciudad de México, donde las precipitaciones intensas son frecuentes, el agua no sólo penetra las microfisuras, sino que arrastra hidrocarburos y otras sustancias que disuelven la mezcla asfáltica. Paul Garnica explica que “los hidrocarburos, gasolina y diésel son los principales disolventes del asfalto, acelerando su degradación”. Además, menciona que estos productos contaminantes se acumulan en el pavimento y contribuyen a su debilitamiento.
El tránsito vehicular también es un factor determinante. En vialidades con alto flujo, como Paseo de la Reforma o Periférico, el peso constante de vehículos pesados ejerce presión en el pavimento, incrementando la fracturación.
La falta de mantenimiento adecuado y la calidad irregular de los materiales son factores que, según Enrique Elizalde, se agravan cuando los gobiernos buscan soluciones rápidas. “La reparación de un bache implica un proceso cuidadoso, pero muchas veces se hace de manera apresurada y sin los materiales adecuados, lo cual convierte la reparación en una medida temporal”, indica.