11% de las constructoras latinoamericanas no conocen la edificación sostenible

Sin embargo, el mismo estudio muestra que esta brecha de entendimiento no implica una falta de interés. De hecho, América Latina se posiciona como una de las regiones con mayor voluntad para adoptar prácticas sostenibles. El 93% de los profesionales consultados considera importante o muy importante actuar para reducir el impacto ambiental del sector.

Además, en América Latina el 91% de los encuestados afirma que el impacto del sector en el medio ambiente es un problema real.

A su vez, 90% dice estar dispuesto a transformar sus prácticas si recibe información y apoyo suficientes para hacerlo. Estos porcentajes superan a los de regiones con mayor experiencia técnica, como Europa o Asia, donde la disposición al cambio se encuentra entre el 70% y 85%.

Brechas técnicas y estructurales

Pese a la buena disposición, el mismo estudio señala que América Latina enfrenta condiciones estructurales que dificultan la transición. Una de las principales es la baja formación técnica.

En general, los actores del sector identifican como prioridad el fortalecimiento de competencias en sostenibilidad y la generación de herramientas pedagógicas accesibles.

La ausencia de formación formal también se refleja en la poca exigencia de normas sostenibles por parte de clientes y autoridades.

Según el barómetro, 51% de los encuestados en América Latina considera que no se demanda suficiente cumplimiento ambiental en los proyectos. La falta de coordinación institucional y el rezago normativo son otros factores mencionados como freno para avanzar.

A nivel de políticas públicas, la región presenta menor presencia de incentivos, marcos regulatorios claros o estándares técnicos homologados.

“La falta de comprensión no impide que los actores del sector reconozcan la urgencia de avanzar hacia un modelo constructivo más respetuoso con el entorno”, señala el estudio.

México en el mismo escenario

México comparte muchas de las características identificadas en el barómetro para América Latina. Aunque tiene firmados compromisos internacionales como el Acuerdo de París y se registraron más de 800 proyectos con certificación LEED y más de 100 con EDGE, el nivel de formación en sostenibilidad es bajo.

Solo 20% de los países en desarrollo cuenta con profesionales del sector con capacitación formal en temas ambientales, de acuerdo con la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC).

También existe una brecha tecnológica que afecta la adopción de herramientas como BIM o la integración de materiales reciclables. Apenas 15% de las MiPyMEs cuenta con una estrategia digital clara y solo 19% dispone de equipo de cómputo.

Esto limita tanto la planeación técnica como el acceso a financiamiento verde o la participación en programas de certificación, dice el análisis del organismo.

Costos y acceso a financiamiento

El precio de entrada a las prácticas sostenibles representa otro desafío. Según el informe de CMIC, construir de forma sostenible puede elevar el costo inicial entre 5% y 15%, lo que desincentiva a empresas con capital limitado.

Aunque esta inversión se recupera en menos de cinco años por ahorros en operación y mantenimiento, la percepción de riesgo entre inversionistas y desarrolladores es alta.

El acceso a instrumentos financieros comienza a crecer. La Bolsa Mexicana de Valores (BMV) reportó en abril de 2025 más de 400,000 millones de pesos colocados en bonos verdes y otros instrumentos con criterios ASG, de los cuales 10.4% se dirigió al sector de la construcción.

Aun así, la mayoría de las empresas pequeñas y medianas reporta dificultades para cumplir con los requisitos técnicos y administrativos necesarios para acceder a estos recursos.