Este posicionamiento refleja un diferencial frente a regiones como Estados Unidos, donde ciudades como Nueva York, San Francisco y Los Ángeles figuran entre las más caras para construir.
“El costo de construcción bajó gradualmente en América Latina, en comparación con otros mercados globales, lo que está ayudando a atraer inversionistas, incluso frente a la incertidumbre sobre el comercio internacional y la política interna en algunos países”, indica el documento.
Esta tendencia se refuerza por la expectativa de una reducción en la inflación promedio de costos de construcción regional, de 7.16% en 2024 a 4.16% en 2025.
Uno de los casos más representativos es Buenos Aires, donde se proyecta una caída en la inflación de costos, de 30% en 2024 a 5% para 2026. Este ajuste, junto con la conclusión de procesos electorales recientes en países como México, Brasil y Colombia, reduce la volatilidad política y fortalecido la confianza en los fundamentos económicos de la región.
En México, la capital del país destaca como un nodo estratégico para el desarrollo corporativo en el continente. Con un costo promedio de construcción de 2,199 dólares por metro cuadrado, la capital mexicana combina precios competitivos, conectividad regional y mano de obra accesible.
Estos factores cobran relevancia en el actual contexto de relocalización de operaciones y reconfiguración de cadenas de suministro.
“Señales de retorno de la estabilidad en el mercado han abierto diversas oportunidades a lo largo del último año. Un sector minero fuerte ha servido como trampolín económico para el crecimiento de otros sectores, como los desarrollos de uso mixto, por ejemplo”, explicó Sergio Panero, líder regional de Real Estate en América Latina para Turner & Townsend.
Agregó que esta demanda “abarca desde la vivienda hasta la infraestructura. No muestra señales de desaceleración”.
Aunque la Ciudad de México se mantiene como un punto de atracción, otras ciudades mexicanas enfrentan retos diferenciados.
En Monterrey, por ejemplo, se prevé un incremento en la inflación de costos, que pasará de 5.0% en 2025 a 7.0% en 2026. Además, persisten desafíos logísticos como la dependencia de importaciones para materiales de acabado, lo cual puede incidir en los márgenes y tiempos de ejecución.
El informe también advierte sobre la necesidad de no sobrerreaccionar ante la volatilidad política de corto plazo. “Es importante enfocarse en la productividad y la eficiencia, incluso mediante soluciones digitales, para mantener los programas en marcha frente a la incertidumbre”, señala el documento.
Para Turner & Townsend, las empresas que adopten nuevos modelos de adquisición y gestión podrán capitalizar mejor las oportunidades que ofrece la región.
Panero enfatizó que el aprovechamiento del momento actual requiere visión de largo plazo. “Los clientes deben mirar más allá del corto plazo, considerando los costos de construcción accesibles, la mano de obra disponible y la diversidad de mercados en crecimiento. Las empresas que prueben nuevos modelos de adquisición y entrega para tomar el control de su cadena de suministro y costos ahora obtendrán una ventaja competitiva”.
En comparación, Estados Unidos continúa encabezando la lista de los mercados más costosos. Nueva York lidera el ranking con un costo promedio de 5,744 dólares por metro cuadrado, seguida por San Francisco 5,504 dólares, Los Ángeles con 4,786, Chicago 4,695 dólares y Filadelfia 4,604.