La carretera que AMLO llama la más cara del mundo es la más compleja de México
CIUDAD DE MÉXICO. En medio del llamado Triángulo Dorado, al noreste de México, arrancó en 2001 la construcción de una carretera que tardaría 12 años en estar lista. La autopista Durango-Mazatlán se inauguró en octubre de 2013, luego de una inversión total de 28,600 millones de pesos (mdp), 159% por encima de lo proyectado inicialmente.
El fin de semana, el presidente Andrés Manuel López Obrador se refirió a esta obra como "la carretera más cara del mundo por la corrupción". "Claro que es una gran obra, pero costó 10 veces más de lo que debió haber costado", dijo.
Esta es la historia de la vialidad.
La Durango-Mazatlán fue proyectada y arrancó su construcción en el sexenio de Vicente Fox, en 2001. En el Plan Nacional de Infraestructura de entonces, la autopista consideraba una inversión por 10,800 mdp, una cifra que al cabo de 12 años subió a 28,600 millones.
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La contratación para su construcción se hizo por tramos, debido a sus características. La autopista tiene una longitud de 230 kilómetros que atraviesan la Sierra Madre Occidental. Las licitaciones fueron adjudicadas a empresas como Tradeco, que construyó el Puente Baluarte; Omega, Aldesa, GMD, FCC Construcciones y Hermes, entre las de mayor tamaño.
A lo largo de tres sexenios, la autopista fue inaugurada por tramos, para quedar concluida operando en su totalidad en octubre de 2013. La vialidad está considerada una de las mayores obras de infraestructura carretera del país por su complejidad técnica: cuenta con 115 puentes —uno de ellos, Puente Baluarte, es el puente atirantado más alto del mundo y el más largo de Latinoamérica; y 61 túneles, entre ellos El Sinaloense, el más largo de México, con 2.8 kilómetros.
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La obra supone la mayor inversión carretera del país, y de acuerdo con la Auditoría Superior de la Federación (ASF), no estuvo libre de problemas respecto al gasto en construcción. En un reporte de 2014, la ASF realizó 45 observaciones que explican el 30% del sobrecosto de la vialidad.
Entre ellas había costos extraordinarios derivados de "la integración de precios unitarios", mencionó el documento. Además, Puente Baluarte duplicó su costo, al pasar de 1,113 mdp previstos a más de 2,500 mdp al concluir la obra.
No es la primera vez que López Obrador señala un proyecto donde están involucradas las constructoras de empresarios como Carlos Slim (Carso Infraestructura y FCC Construcción) y Carlos Hank (Hermes), pues ambos también participaban en la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México.