El gasoducto Texas-Tuxpan inicia operaciones
Tres meses después de que terminara su construcción, el gasoducto Texas-Tuxpan inició el martes sus operaciones. Esta infraestructura había estado detenida debido a las negociaciones entre la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y la empresa IEnova, con la que se llegó a un acuerdo a finales de agosto .
Infraestructura Marina del Golfo (IMG), una alianza estratégica entre TC Energía e IEnova informaron el martes que el gasoducto tendrá una capacidad de transporte de 2,600 millones de pies cúbicos de gas natural diariamente.
“Tras haber alcanzado el acuerdo con la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y con el gobierno de México, este importante proyecto de infraestructura energética provee un vínculo fundamental entre el abundante abasto de gas natural de bajo costo y los mercados crecientes en México para las décadas por venir”, dijo Robert Jones, Presidente de TC Energía en México, en un comunicado.
Este ducto abastece de combustible para alimentar a varias plantas de generación ubicadas en Altamira, Tuxpan y en la región central de México a través de sus interconexiones con los gasoductos de Tuxpan y Tamazunchale de TC Energía y con el Sistema de Transporte y Almacenamiento Nacional Integrado de Gas Natural (Sistrangas), el sistema nacional operado por el Centro Nacional de Control de Gas Natural (Cenagas).
Las empresas informaron que el proyecto representa aproximadamente 2,600 millones de dólares de inversión en infraestructura e involucró la creación de más de 3,000 empleos durante su fase de construcción. El ducto de 772 kilómetros y 42 pulgadas de diámetro corre mar adentro desde la frontera con Estados Unidos, cerca de Brownsville, Texas, a Altamira en Tamaulipas, desde donde continúa hacia Tuxpan en Veracruz. El ducto Sur de Texas-Tuxpan también fue la mayor fuente individual de inversión extranjera directa hacia México en 2017.
Este gasoducto, junto con los construidos por Carso Energy, Transcanada y Fermaca (esta última, la que tardó más en firmar la paz con el gobierno ) se encontraban en un proceso de renegociación con el gobierno federal, que consideraba que las cláusulas de fuerza mayor (las que obligan a pagar a la administración aun cuando la infraestructura esté detenida por cuestiones sociales o ambientales) eran excesivas.
Las empresas y el gobierno negociaron, sobre todo, las tarifas de transporte. "La discusión que tuvo lugar en estos meses fue definir el carácter de la tarifa. La CFE mantiene una tarifa baja para tener capacidad de inversión, los empresarios mantienen las inversiones en sus ductos. Y esto es una situación de ganar-ganar, la propiedad de los ductos se respeta y los propietarios tienen un beneficio inmobiliario de esos ductos", dijo Manuel Barlett, director de CFE, cuando se firmó el acuerdo.