¿Cuáles fueron sus impresiones al recibir la responsabilidad de realizar el nuevo aeropuerto?
La construcción del Aeropuerto Internacional General Felipe Ángeles es una alta responsabilidad para la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena). El propio general, secretario de la Defensa Nacional, instruyó que se preparara al mejor equipo de ingenieros militares para cumplir esta misión. Sí es una alta responsabilidad, pero sobretodo es un motivo de orgullo poder participar en esta obra de ingeniería de gran envergadura.
¿Qué nuevos retos presenta este proyecto para la Sedena?
Efectivamente, el aeropuerto como todo aeropuerto de gran tamaño, como obra de infraestructura de gran tamaño, es un pararrayos político por la gran cantidad de actores involucrados, por la necesidad de grandes terrenos, la inversión pública y los múltiples factores que participan.
Además, es el escenario de la confrontación de dos sistemas de cómo se atiende el tráfico de pasajeros en el Valle de México, ya sea a través de un aeropuerto o un sistema de multi-aeropuertos, pero sobretodo es un proyecto de infraestructura nacional.
El aeropuerto será uno de los activos estratégicos más valiosos del Estado mexicano. Hay muchos retos, el principal evidentemente es el tiempo. Tenemos un tiempo reducido para materializar la obra, y no sólo materializarla, sino ponerla en operación. Que pase de ser una edificación nueva a que sea un negocio rentable, escalable y seguro.
Y la construcción del aeropuerto involucra también, dentro de este campo militar, la reubicación de 500,000 metros cuadrados de la base aérea militar, que se tiene que construir no solo al mismo tiempo, inclusive antes, para poder liberar espacios de la construcción de las instalaciones aeroportuarias.
Igualmente está implícita la adquisición de terrenos para tener una instalación aeroportuaria que pueda crecer y desarrollarse con el tiempo de acuerdo a un plan maestro y atender desde 20 millones de pasajeros, hasta un horizonte de 100 millones de pasajeros.
Técnicamente es todo un reto que involucra muchos factores: empresas internacionales de gran prestigio, las dependencias del gobierno federal que participan con nosotros, un gran esfuerzo de coordinación con la fuerza aérea del cuerpo de ingenieros del Ejército, despachos internacionales y por qué no, incluso también con la propia sociedad que vive en los alrededores del campo militar.
¿Por qué la Sedena es la encargada de construir el aeropuerto?
El proyecto es un asunto de seguridad nacional. Tiene dos vertientes, la civil y la militar. La presencia de las fuerzas armadas en este proyecto obedece a que es un asunto de interés público, de interés nacional. Primero porque en la Ciudad de México hay un aeropuerto que ya está saturado. Opera a niveles de saturación de casi 40%, lo que puede constituir un riesgo a los pasajeros, las tripulaciones, los trabajadores y la sociedad. Riesgo que actualmente es mitigado por la excelente operación que realizan los responsables del aeropuerto.
Por otra parte, porque hay poco tiempo de construcción y pocos recursos. Por el otro lado está también la vertiente militar. Santa Lucía es un campo militar de gran importancia para las fuerzas armadas.Es un centro logístico de operaciones para el Ejército Mexicano. Todo ello nos obliga a construir una instalación con rapidez y con secrecía en las operaciones.
Debo mencionar que el campo militar es una instalación estratégica, y que la secretaría está realizando la obra, por instrucciones del señor presidente, por administración directa, con nuestros recursos técnicos, humanos y materiales propios y con presupuesto que fue autorizado y está depositado en las cuentas de la Secretaría de la Defensa Nacional. Ello permitirá construir un proyecto sin interferencias y reducción de precios al no pagar utilidades e indirectos innecesarios.