Entre sobrecostos y mala planeación
Recientemente el presidente Andrés Manuel López Obrador ha hablado de la necesidad de 20,000 mdp para concluir el TIMT.
Esa cifra incrementaría en más de cien por ciento el presupuesto inicial de la obra, calculado inicialmente en 38,000 millones de pesos (mdp), pero con un costo hacia 2018 de 59,000 mdp. Esa cantidad habrían hecho de la obra, aún sin terminar, un proyecto socialmente no rentable” de acuerdo con sus propios análisis de costo-beneficio, observó el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) en 2018.
El IMCO también observó “una planeación incompleta, el retraso y sobrecosto de la obra, y los riesgos asociados con la falta de transparencia y organización entre los distintos órdenes de gobierno involucrados”.
Subrayó que se había iniciado la obra sin contar con el trazo final del tren, un requisito que marca la ley, y no sólo eso, sino que de acuerdo con la SCT, en 2017 tampoco contaba con la totalidad de los derechos de vía asegurados para el tramo III, aún cuando arrancó en 2014.
Aunque Ignacio García de Presno aclaró que lo que ahora nombramos sobrecostos “es lo que en realidad iba a costar la obra, lo que pasa es que lo estimaron mal de origen”, y admite que el TIMT ahora viene con un costo más alto porque es una obra semiabandonada, en la que seguramente hay trabajos que se deberán volver a hacer, e insistió: “Cuando planeas bien un proyecto no hay sobrecostos o por lo menos no son de tal magnitud”.