Con el arma en el camino
El último factor que se suma a la ecuación es la delincuencia organizada que afecta de manera directa a los automovilistas y transportistas, ya que se pone en riesgo su integridad y de manera indirecta los ingresos de los concesionarios de carreteras.
Dentro de la lista de los lugares con mayor incidencia delictiva se encuentran el Libramiento Sur de Celaya, la Autopista Salamanca Celaya y la carretera Pénjamo-Irapuato-Guanajuato, además de la Carretera Orizaba-Veracruz, y la Carretera La Antigua-Veracruz- Sayula de Alemán.
De 2015 a enero de 2021, el Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP) reportó 63,016 denuncias por robo a transportista, de los cuales 81% fueron con violencia. El año en que se registró la mayor cantidad de carpetas de investigación fue en 2018, con 13,068.
A pesar de que la tendencia se había mantenido al alza, al cierre de 2020, la autoridad tuvo conocimiento de 9,527 averiguaciones previas.
En enero de este año, se abrieron 701 denuncias, de acuerdo con el SNSP y las cifras de febrero se conocerán a finales de este mes.
Víctor Hernández, analista independiente de infraestructura pública, manifiesta que la percepción de inseguridad ocasiona que los mexicanos dejen de transitar por ciertos lugares y por ende los concesionarios pierden esos ingresos.
“La mancha de los grupos delictivos creció en los últimos años por todo el país y la alternativa de algunos automovilistas particulares fue dejar de transitar por esas zonas, sin embargo, el autotransporte no puede hacer eso, entonces se vuelve un círculo vicioso porque ese sector pierde dinero por los daños a su personal y a la mercancía, y también los concesionarios de carreteras”.