El Sistema de Transporte Colectivo (STC), con Jorge Gaviño Ambriz a cargo en ese entonces, realizó la revisión de la infraestructura y determinó que la columna 69 tuvo afectaciones. “Hay un daño en el corazón de esta estructura ubicada en el tramo Nopalera-Olivos, lo que debilita su funcionamiento integral en el soporte de peso y de elasticidad”, dijo el gobierno de la Ciudad de México en un comunicado.
Te recomendamos:
También se detectó un vicio oculto en este pilar, provocado por una falla en el procedimiento constructivo, específicamente en el armado de los anillos en la parte baja de la columna, que no se apegó estrictamente al proyecto y sus especificaciones. Esto se detectó en la distancia de los anillos de amarre de varillas.
Otro de los daños importantes causados por el sismo se localizó en la trabe 41 colocada entre las estaciones Zapotitlán y Nopalera, en las curvas 11 y 12. Ésta presentó un desplazamiento en el cabezal de apoyo, fracturando el encamisado del tope sísmico. Por ello, se cerraron las estaciones Tezonco, Olivos —en donde ocurrió el accidente del 3 de mayo—, Nopalera, Zapotitlán, Tlaltenco y Tláhuac.
Los trabajos de rehabilitación duraron tres meses. El 9 de enero de 2018, Jorge Gaviño Ambriz presentó la conclusión de las obras y la puesta en marcha de toda la Línea 12. Según dijo, las labores garantizaban la seguridad de los ciudadanos y “quedaba sobrado” el reforzamiento de las estructuras atendidas.
El ahora ex-director del STC destacó que el organismo llevaba a cabo trabajos permanentes de mantenimiento preventivo en toda la ruta. “Por ejemplo, en los aparatos de vía se realiza limpieza y lubricación, ajuste de cerrojos, mantenimiento a juntas y material aislante, apriete de tornillería y verificación de la geometría. En las vías, efectúa un control de desgastes en curvas de radio menor a 550 metros, verificación de fijaciones y recorridos de inspección”, detalló el gobierno en un comunicado.