Un ejemplo es la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAIM), que a pesar de llevar alrededor de 100,000 millones de pesos invertidos, fue cancelado por el actual gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
Las autoridades quieren salvar de este escenario a la obra ferroviaria que recorre el sureste de México. Su financiamiento podría estar en peligro ya que en las elecciones del 6 de junio del 2021, la Cámara de Diputados se transformará.
En caso de que la oposición ganara la mayoría, podrían haber ajustes al presupuesto asignado que entorpezcan el desarrollo del proyecto, dijo Edumndo Gamas, director del Instituto Mexicano de Desarrollo de Infraestructura (Imexdi) a El Heraldo.
La estrategia, identifica el experto, es comprometer el valor del proyecto. Hasta el momento ya se han firmado contratos por 85.9% del presupuesto total planeado. Esto representa 257 documentos por 138,615 millones de pesos.
Los últimos contratos firmados fueron con las empresas Bombardier y Alstom . quienes ganaron la licitación del material rodante.
El gobierno también ha puesto un candado al futuro de la obra. El Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), dio a conocer en marzo de este 2021 que los recursos obtenidos de la operación del Tren Maya servirán para financiar las pensiones de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
"Nosotros somos un gobierno que pretende que las obras no se puedan privatizar, entonces del punto de vista de estrategia y de soberanía, por lo que creemos que si el Ejército, que nos da los servicios, quieren pagar la pensiones militares, pues por un lado libera recursos del presupuesto federal que son los ingresos del tren", dijo Rogelio Jiménez Pons, titular del organismo.