“Se determina que la causa (del desplome) es derivada de la inobservancia del procedimiento constructivo conforme a lo que establecen; la ley de obras públicas, el reglamento de la ley de obras públicas, las normas de construcción y el reglamento de construcción, todos del Distrito Federal”, dice el dictamen.
En el documento también se menciona que CICSA, la empresa constructora del tramo elevado de la “línea dorada”, envió muestras de haber comprado todos los pernos, pero haber dejado la colocación en manos de la compañía J.J. Jiménez S.A de C.V.
Al defecto se sumaron malas soldaduras en las vigas y uniones inadecuadas, fallos que causaron fatiga por distorsión inducida “provocando agrietamientos en la zona entre los atiesadores verticales que sirven para conectar los diafragmas intermedios y el patín inferior, que al propagarse, ocasionaron que las almas perdieran su capacidad para soportar esfuerzos de cortante”, agrega el peritaje.
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La compañía que realizó el análisis también encontró falta de mantenimiento, incluyendo carencia de inspecciones rutinarias y detalladas de la construcción.
Las labores de rehabilitación de la Línea 12 continúan en la parte subterránea y elevada, pero aún no son visibles en el tramo entre la estación Tezonco y Olivos, en donde se dio el derrumbe.