En la construcción de todas las grandes obras del gobierno, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) tiene participación. La riqueza arqueológica del país los obliga a vigilar de cerca las excavaciones que se realizan para intervenir en caso de que haya algún resto que se deba rescatar.
En 17.1% de ruta del Tren Maya se han encontrado 3,500 vestigios arqueológicos
En el caso del Tren Maya, son 1,500 kilómetros los que se deben mirar de cero y que, hasta el momento, han habido resultados. En el Tramo 4, que va de Izamal a Cancún y representa 257 kilómetros (17.1% de la ruta), se han descubierto 3,558 vestigios arqueológicos, indicó el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur).
No es el primer gran acumulado de descubrimientos del trazo del proyecto. A diciembre de 2021, el organismo registró 18,325 hallazgos en todo el recorrido.
Entre los descubrimientos más importantes han sido dos altares y un monolito en Pocboc, Campeche, y una canoa maya prehispánica en Yucatán del periodo Clásico Terminal.
Cómo trabaja el INAH
Antes de que se comience con las excavaciones para construir el Tren Maya y cualquier otra gran obra del país (como el aeropuerto de Santa Lucía), se realizan recorridos LIDAR, tecnología que, a través de sobrevuelos, toma fotografías topográficas del terreno y permite identificar las zonas probables en donde hay vestigios.
Posteriormente, se comienza la exploración de la zona. Al mismo tiempo, se vigila de cerca el uso de las maquinarias para detenerlas en caso de que se sospeche de otra pieza arqueológica. Si es el caso, se detiene la operación y se realiza el rescate.
En el caso de los grandes monumentos, el equipo los analiza, estudia y después se decide de qué manera se conservará y si es necesario cambiar el plan de construcción.