Como si se tratara de una película futurista, en Italia ya es posible cargar los coches eléctricos sin conectarlos. Sólo con su tránsito sobre el concreto es posible abastecerse de energía sólo por inducción.
Recargar vehículos eléctricos en carreteras ya es una realidad
El proyecto, que parece un sueño, nació como una idea hace un año, cuando buscaban entablar estrategias para reducir los gases contaminantes. Su idea debía centrarse en el uso de automóvil en Lombardía, la ciudad con más contaminación del país.
Su objetivo se convirtió en facilitar e incentivar el uso de los vehículos eléctricos. Tras una alianza en la que participó Brebemi, concesionaria de Aleatica, con organizaciones como Pizzarotti, Politecnico de Milano, el Ministerio del Interior, entre otros, decidieron construir el piloto de una carretera que carga los vehículos.
Este junio, tras tres años de estudios y uno de edificación,así como la inversión de siete millones de euros, Dynamic Wireless Power Transfer (DWPT) se hizo realidad en la carretera de Brescia. En junio se comenzó con la fase de pruebas en donde se verán mejores aplicaciones al sistema.
En el desarrollo del proyecto la empresa se dio cuenta de que además se impulsarían modificaciones de los vehículos eléctricos tal y como se conocen.
“El sistema proporciona mayor autonomía de viaje y un menor esfuerzo de recarga. Por lo tanto, fomenta el uso de vehículos eléctricos. Además, da mayor eficiencia de la batería, por lo que se podrán usar unas de menor peso y que ocupen menor espacio en el vehículo”, explica en entrevista Giuseppe Mastroviti, director técnico de A35 Brebemi.
Aleatica inaugura en Italia una carretera que carga vehículos por inducción
ARENA DEL FUTURO
ARENA DEL FUTURO
ARENA DEL FUTURO
ARENA DEL FUTURO
ARENA DEL FUTURO
ARENA DEL FUTURO
A35 arena del futuro evolution
ARENA DEL FUTURO volo del 03-12-2021
ARENA DEL FUTURO volo del 03-12-2021
ARENA DEL FUTURO
ARENA DEL FUTURO
ARENA DEL FUTURO
¿Cómo funciona?
Aunque la idea suena casi imposible, Guiseppe Mastrovitti explica que su instalación es sencilla. Cada 100 metros se instala una unidad de gestión que convierte la energía que llega a unas bobinas incrustadas en el pavimento. Cuando un vehículo pasa por encima de ellas, se carga a través de un campo electromagnético.
Antes de este proceso, las bobinas deben ser unidas a una corriente continua de en corriente alterna, que a su vez está conectada a cabinas en donde la energía de media tensión (proveniente de un sistema fotovoltáico) se convierte en corriente de baja tensión.
El costo de instalación por kilómetro se estima entre 1.5 y dos millones de euros.
Lo complejo del sistema para implementarlo, de acuerdo con el director técnico de A35 Brebemi de Aleatica, es la coordinación de los organismos. “No veo ninguna dificultad en introducirlo, la complejidad está en las reuniones y estudios necesarios para hacerlo (...) también se deben atender las normas nacionales e internacionales y claro, la voluntad política de adoptarla y modificar infraestructuras existentes”, agrega el directivo.
Él consideraba que en dos años el sistema será más viable y los vehículos eléctricos podrán estar listos cuatro años después.