Recursos para parches
Los distintos gobiernos estatales han implementado mecanismos para subsanar los baches y sus causas. En la CDMX, por ejemplo, las personas afectadas pueden denunciar ante un juzgado o ministerio público cuando cayeron en uno de estos imperfectos.
De agosto a julio de 2020, de acuerdo con el informe de Claudia Sheinbaum, jefa de gobierno, hubo 756 de estos reclamos, de los cuáles 94% resultaron en pagos para los afectados, que van desde los 1,000 hasta los 50,000 pesos.
El mismo año se invirtieron 75 millones de pesos en 800,000 toneladas de mezcla asfáltica para tapar 8,367 baches equivalentes a 18,968.64 metros cuadrados.
En otras ciudades como Veracruz se destinaron 26 millones de pesos para arreglar calles dañadas en 2020, mientras que en Guadalajara fueron 33 millones, es decir, 25% del total destinado a obras públicas.
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A pesar de los recursos destinados, los baches persisten debido a que los programas de bacheo funcionan como un parche temporal para el problema.
“Se requiere de mantenimiento de infraestructura general. Estos programas atienden principalmente las vías primarias, pero en las secundarias continúa. El problema no es que uno denuncie y te paguen, sino que debe haber un programa de mantenimiento constante”, explica Ricardo Trejo.
La razón por la que no se implementan son los recursos, dice el experto. Mientras la compostura de los hoyos en el pavimento cuestan millones de pesos, las intervenciones preventivas constantes costarían cientos de millones.
“Nunca habrá dinero suficiente para cubrir las necesidades que requiere un país, pero sí es un tema fundamental. En los índice de competitividad mundial este problema indica poco presupuesto y falta de políticas públicas”, agrega el experto.