Desalinización del agua, una estrategia escasa en México por su alto costo

De acuerdo con el sitio oficial Agua.org.mx, solo 2.5% de agua en el mundo es dulce, mientras que 97.5% es agua salada, por lo que lugares como Dubai han implementado plantas de saneamiento u ósmosis inversa (desalinizadoras de agua salada) para aprovechar el recurso.

En Quintana Roo existen tres plantas de ósmosis, dos ubicadas en Playa del Carmen y una en Puerto Aventuras. Jorge Montoya, gerente general de Aguakan, explica que el desarrollo de estas plantas en las zonas costeras no han despegado por el costo de su inversión. Tan solo para las tres plantas ubicadas en este estado se ocupó una inversión de 150 millones de pesos que se distribuyeron en infraestructura y análisis para corroborar que sea agua potable.

Con las tres plantas en funcionamiento ofrecen una capacidad de producción de más de 150 litros por segundo que satisface la demanda de más de 20,000 clientes.

En Baja California y en los Cabos se realizaron dos plantas de ósmosis inversas, sin embargo se pudo lograr a través de un crédito proporcionado por el Banco de Desarrollo de Norteamérica e inversión por parte de Japón. Mientras que las plantas del sur pudieron ver la luz a través de la inversión de la empresa Aguakan.

¿Cómo se desaliniza el agua?

Para que las plantas estén en funcionamiento deben cumplir con los estándares normativos que establece la NOM-127-SSA1-1994, la cual detalla los límites permisibles de calidad y los tratamientos de potabilización del agua para usos y consumo humano. Para el cumplimiento de la norma, Aguakan realiza cada mes más de 5,000 análisis fisicoquímicos y microbiológicos de muestras de agua desinfectada.

Para un buen funcionamiento, las plantas se encuentran totalmente automatizadas y monitoreadas las 24 horas del día. La inversión de esta tecnología es de al menos 6 millones de pesos anuales, pues cuentan con plantas de energía que permiten mantener activo el proceso a pesar de que se vaya la luz. Por otra parte, si existe presencia de desastres naturales como huracanes, a los pocos minutos comienzan a funcionar.

En cuanto a la operación de las plantas de ósmosis inversa consiste en extraer agua de los pozos que se ubican a kilómetros de las playas, en este caso del municipio de Solidaridad o mejor conocido Playa del Carmen.

Una vez que se obtiene el agua, continúa el proceso de prefiltración de sólidos suspendidos, en la que se retira la salinidad a través de filtros. Después se distribuye en los módulos de ósmosis, que a través de los pulidores para que el líquido se almacene en la red de agua. Para finalizar se realiza la coloración, lo que permite que el agua sea potable.

“En zonas costeras es aún más complicado hacer este proceso, ya que el agua dulce se mezcla con el agua que se filtra del océano, lo cual provoca que aumente su carga eléctrica y la porción de impurezas”, explica Jorge Montoya, gerente general de Aguakan.

La creación de estas plantas de desalinización, de acuerdo con el experto, ayudan a la demanda del agua potable, ya que Solidaridad, municipio de Quintana Roo ha padecido de escasez de agua por más de 10 años.

“El agua que sale de estas desalinizadoras es apta para bañarse, así como lavarse los dientes y no pone en riesgo la salud del usuario”, explica el especialista.

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Agrega que este método para aprovechar el agua sí es caro, pero los beneficios son totalmente para los usuarios. Por ello, si el gobierno no puede permitirse los gastos de inversión espera que permitan con más frecuencia la participación del sector privado.

El entrevistado menciona que si no hay apoyo por las autoridades no hay manera de seguir expandiéndose para llegar a sitios donde se encuentre este problema, ya sea en Quintana Roo o en el resto del país.