Gerardo Goméz, es un señor de 65 años de edad, quien sufrió un derrame cerebral que provocó que perdiera toda movilidad en las piernas. Su esposa, Patricia López relata que al no contar con una accesibilidad adecuada en las calles y banquetas ha optado por reducir sus salidas.
Más de un millón de vialidades en México no tienen rampas para sillas de ruedas
Sus traslados consisten de su casa al seguro, en donde antes se hacían 40 minutos de viaje, pero ahora que Gerardo Gómez no puede caminar se hacen hasta una hora y media.
Los principales conflictos a los que se enfrenta son las calles que no están pavimentadas y dificultan el tiempo de traslado, que las banquetas estén angostas y que en varias de ellas no hay rampas para sillas de ruedas, así como topes de gran tamaño que le impiden seguir con su camino.
“Como nos encontramos mi esposo y yo solos, yo ya no tengo la fuerza para estar empujando o levantando la silla de ruedas, por eso nuestras salidas juntos han disminuido y para las ocasiones que nos toca ir al hospital, opto por pedir un taxi”, menciona Patricia López.
Su caso no es el único. De acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2020 del Inegi, 5.7% de la población tiene una discapacidad.
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Información del mismo instituto muestra en su reporte de las características de su entorno urbano 2020 que en México hay 1,482,785 manzanas, de las cuales 97,918 tienen disponibilidad en todas las vialidades, mientras que 1,170,612 no cuentan con disponibilidad de una rampa.
La arquitecta Taide Buenfil Garza, directora de Acce-soria, consultora en proyectos arquitectónicos o urbanos para lograr espacios, servicios, seguridad y comodidad a todo tipo de usuarios, incluyendo a personas con discapacidad, menciona que hay cinco áreas clave de preocupación que son maniobras en banquetas, superación de niveles, alcance de movilidad, control de entorno y percepción del entorno, y abogó por un enfoque de diseño universal el cual busca que todos puedan utilizar las instalaciones de manera eficiente, en lugar de crear soluciones específicas para personas con discapacidades, facilitando el movimiento y la accesibilidad para todos los ciudadanos.
“Tener una accesibilidad urbana, no solo consiste en crear accesos para cierto tipo de personas, el diseño debe ser universal para que todos los ciudadanos puedan desplazarse sin ningún inconveniente, independientemente si tienen una discapacidad o no”, menciona Buenfil Garza.
Maniobra en banquetas: La capacidad de circular con el ancho adecuado de las banquetas y todas las dimensiones en planta es esencial para la accesibilidad. Esto incluye asegurarse de que existan rampas adecuadas y espacios accesibles.
Superación de desniveles: La falta de rampas en esquinas dañadas o la falta de rampas en general dificultan la movilidad de las personas con discapacidades.
Alcance y movilidad urbana: El acceso al mobiliario urbano y el uso del transporte público son fundamentales para la independencia de las personas con discapacidades.
Control del entorno: La iluminación adecuada y otros aspectos del entorno, como la accesibilidad de los parques, son importantes para la seguridad y la percepción del entorno.
Percepción del entorno: La introducción de elementos táctiles, como bolitas y rayitas en el pavimento, contribuye a la percepción del entorno y la orientación.
Taide Buenfil Garza destaca que si bien se han realizado esfuerzos para abordar estas problemáticas, las ciudades aún enfrentan desafíos significativos, “la introducción de elementos de percepción, como las superficies táctiles en el pavimento, es un avance positivo, pero se requiere un mayor énfasis en el mantenimiento de las instalaciones existentes”, comenta la experta.
Agrega que los recorridos a menudo son más largos debido a la búsqueda de rutas accesibles. Esto puede ser especialmente agotador para personas con discapacidades físicas.
En cuanto a la disponibilidad de aplicaciones o información para ayudar a las personas con discapacidades a encontrar rutas accesibles, el experto lamentó la falta de opciones. Señaló que sería beneficioso desarrollar aplicaciones que no solo indiquen lugares accesibles, sino también cómo llegar a ellos.
Comenta que el diseño urbano debe tener en cuenta a toda la población, ya que la expectativa de vida está aumentando y el entorno urbano debe adaptarse para garantizar la calidad de vida de todos los ciudadanos. Como en el caso de Patricia que ya no cuenta con la fuerza para trasladar a su esposo por los obstáculos a los que se enfrenta.