Las imágenes de Acapulco tras el golpe del huracán Otis, en donde apenas y se pueden distinguir los edificios erguidos entre los escombros, prevalecen, y pasarán meses antes de ver al puerto como era antes del paso del ciclón.
Sismos, el fenómeno que “salvó” a los edificios en Acapulco de Otis
Sin embargo, el daño material pudo haber sido peor. De acuerdo con Jorge Zavala Hidalgo, oceanógrafo investigador del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la categoría a la que llegó Otis y la velocidad en la que se transformó no se había visto nunca antes en el país.
“No había precedente de un fenómeno así, el impacto a una población costera en cualquier parte del mundo es una catástrofe, son unos vientos tremendamente destructivos”, comentó.
La razón fue que al ser Guerrero una zona sísmica los reglamentos de construcción están adaptados para hacer a las edificaciones resistentes ante los movimientos telúricos. “No hay un tema de daños estructurales a los edificios. El desastre que se ve va más hacia la infraestructura básica, obviamente instalaciones que tienen que ver con energía eléctrica (...) los edificios no estaban pensados para soportar vientos tan fuertes”, explica Juan José Orozco, director general del Congreso Nacional de Ingeniería Civil en cuya edición 2023 se abordó un diálogo especial con motivo de Otis.
El huracán también causó que las fachadas, cancelerías, plafones y muros divisorios (hechos normalmente con tablaroca) se destruyeran, ya que fueron pocos los inmuebles con cortinas contra huracanes o ventanería especial. Esto no quiere decir que la reparación sea menor o no se deba tomar en cuenta los daños para el futuro. El especialista dice que se deben revisar a detalle estos fenómenos y revisar las prácticas constructivas para actualizarlas.
Pero tras el verdadero problema en la actualidad es el social. “Las personas que no habitan estos grandes edificios y departamentos de buen nivel, viven en su mayoría en casas de autoconstrucción, con techos de lámina, con muros que no tienen estructura. Ellos perdieron de un día a otro todo su patrimonio”, explica en entrevista Juan José Orozco.
Del total de viviendas existentes en los municipios afectados por Otis, por lo menos 14% tenía deficiencias que incluyen piso de tierra, falta de electricidad, carencia de sanitarios y conexiones a agua potable. Si se quita de la cuenta a Acapulco, la cifra sube a 34%; no obstante, la estrategia del gobierno federal es brindar un apoyo económico a las personas afectadas que va desde los 8,000 a los 60,000 pesos para que ellas mismas gestionen sus reparaciones.