Recorrer las calles del Centro Histórico de la Ciudad de México con la mirada hacia los pies da muestra de algo: la capital se está hundiendo. Para entrar a algunos edificios se necesita bajar escalones que al paso de los años son cada vez más. O al dirigir la mirada hacia el frente, los muros de edificios no se ven paralelos. Algunos se inclinan hacia otros, pareciendo que en algún momento se van a tocar.
Escasez de agua en CDMX causa hundimientos e inestabilidad en el suelo
El problema hidrológico va más allá del suministro por tandas. También afecta a las construcciones del Valle de México.
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Vivir con esta realidad que se logra percibir muy a largo plazo hace que se pierda de vista un elemento importante: aunque es lo normal, es un problema. Y que está relacionado con la de escasez de agua en el Valle de México, por lo que mientras este avance el hundimiento será más acelerado y profundo, lo que a su vez causará más daños a la infraestructura subterránea y a las construcciones encima del suelo.
De acuerdo con el estudio Perspectivas del agua en el Valle de México, realizado por 20 especialistas de Agua Capital, Red de Agua UNAM y la Unesco, más de 60% del agua que se consume en la capital del país se extrae de mantos acuíferos, pero esto representa más del doble de lo que se recarga de manera natural.
En 1980 se regresaba a la superficie a través de la lluvia 44.9 metros cúbicos por segundo, mientras que en 2015 la cifra descendió a 36.6 metros cúbicos por segundo. En el caso particular del acuífero de la Zona Metropolitana del Valle de la Ciudad de México, hay una extracción de 21% del volumen respecto a la recarga.
La disminución se debe a menor volumen de lluvias, más población y pavimentación de las ciudades, lo que impide la filtración del agua.
Esto causa el hundimiento del suelo “que afecta a la infraestructura pública, privada, al patrimonio de las personas, se generan socavones, se amplifican los fenómenos de los sismos y es claramente uno de los grandes problemas que tenemos que atender”, dijo en conferencia de prensa Juan Pablo del Valle, presidente del Consejo Directivo de Agua Capital.
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El análisis describe que la ciudad se hunde de 10 a 40 centímetros anuales. En consecuencia se compacta el suelo, lo que causa la fractura de tuberías y fugas de agua potable, así como daños a monumentos y sistemas de transporte.
Se tiene registro que en la Ciudad de México, desde 1856, hay zonas que se han hundido hasta 13 metros. La Catedral Metropolitana baja de seis a siete centímetros anuales en la actualidad, pero las zonas en donde es más pronunciado el fenómeno es en Peñón del Marqués con 40 centímetros al año, Chalco con 30 centímetros y Coapa, así como Ecatepec, con 20 centímetros anuales.
Estos desniveles, además de obstrucciones y avenidas que sobrepasan la infraestructura hidráulica, también causan inundaciones. Esto afecta principalmente a Xochimilco, Iztapalapa, Gustavo A. Madero, Venustiano Carranza y Cuauhtémoc.
Las soluciones que proponen el grupo de expertos que elaboró el estudio se centran en la implementación de la recarga artificial, el mejoramiento de eficiencias de las redes urbanas, el reúso e intercambio de agua residual tratada por agua de pozo, además de la reglamentación del uso o aprovechamiento de agua subterránea.
Esto se logrará a través de la reducción de extracciones para uso agrícola con una meta de ahorro de 10 metros cúbicos por segundo para 2040, con la tecnificación de la infraestructura del campo para reducir el agua extraída de pozos, cancelar aprovechamientos irregulares, reglamentar acuíferos y la recarga con agua residual tratada.
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