Después de años de planificación y promesas, el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec (CIIT) finalmente parece acercarse a su momento decisivo. Con el impulso del Plan México y la expectativa de convertirse en un polo industrial estratégico, la gran pregunta es: ¿tiene realmente futuro este proyecto o seguirá siendo un sueño inalcanzable para el desarrollo del sureste mexicano?
Expertos en infraestructura y desarrollo industrial coinciden en que el CIIT tiene potencial, pero su éxito dependerá de la capacidad del gobierno para aprovechar las ventajas competitivas de la región y enfrentar desafíos estructurales como la inseguridad y la falta de mano de obra calificada.
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Sería exagerado pensar que esta región competirá con el norte del país, pero eso no significa que no pueda desarrollarse de forma acelerada".
Pablo Quezada director general de la consultora Datoz.
Pasos hacia delante
Durante el gobierno de Andrés Manuel Quezada Obrador se impulsó el desarrollo del CIIT, pero el interés de las empresas fue limitado y los avances en infraestructura se estancaron.
Sin embargo, bajo la administración de Claudia Sheinbaum y con el respaldo del Plan México, el proyecto ha ganado un renovado impulso. Se han anunciado incentivos fiscales y una política fiscal expansiva que, según Quezada, podrían ser positivos para atraer inversiones siempre que se enfoquen en las ventajas competitivas de la región.
La consultora Egis coincide en que el futuro del Corredor Interoceánico depende de la continuidad en la visión de desarrollo. “La infraestructura se construye para 100 años”, señaló Jesús Muñoz Esteban, director general de Egis México.
Para la empresa, uno de los puntos más fuertes del plan es la modernización de los puertos de Coatzacoalcos y Salina Cruz y la operación al 100% del Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec, ya que estos desarrollos permitirán el transporte de mercancías "contenerizadas", así como la conexión directa entre los océanos Pacífico y Atlántico, una ventaja competitiva clave para el comercio internacional.
La clave del éxito del corredor radicará en saber aprovechar las vocaciones de la región.(CLAUDIO CRUZ/AFP)
Las claves para no dejar pasar la oportunidad
La clave para el éxito del CIIT radica en cómo se exploten las ventajas competitivas de la región. En Tabasco, por ejemplo, la industria petroquímica tiene un gran potencial debido a la abundancia de recursos naturales, mientras que Veracruz podría convertirse en un hub para la agroindustria.
Sin embargo, Quezada advirtió que sería un error intentar replicar el modelo industrial del norte del país.
No hay una ciudad grande con mano de obra especializada ni fábricas de autopartes, por lo que desarrollar un clúster automotriz sería complicado, por ejemplo".
Pablo Quezada
En este sentido, el Plan México ha anunciado la implementación de polos de desarrollo enfocados en vocaciones productivas específicas, como la agroindustria y la logística, que podrían capitalizar estas ventajas competitivas.
De hecho, los Polos de Desarrollo en Coatzacoalcos I y II, Texistepec y San Juan Evangelista ya presentan un avance del 10% al 15% en infraestructura, con estudios de viabilidad concluidos al 90%.
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La infraestructura avanza, pero los retos se mantienen
Aunque los avances en infraestructura son tangibles, el CIIT enfrenta desafíos significativos. La inseguridad en algunas zonas del sur-sureste de México podría desalentar la inversión privada, advirtió el experto de Datoz.
Además, la falta de mano de obra calificada limita el tipo de industrias que podrían establecerse en la región. “Actualmente hay mano de obra, pero no está calificada, lo que limita las opciones para el desarrollo del sector secundario”, agregó.
El corredor está por terminar su fase de licitaciones.(CLAUDIO CRUZ/AFP)
¿Competencia para el Canal de Panamá?
El CIIT ha sido comparado con el Canal de Panamá debido a su capacidad para conectar el comercio entre Asia y América del Norte. Sin embargo, el secretario de Desarrollo Económico de Oaxaca, Raúl Ruiz Robles, aclaró que el corredor no busca competir directamente con el Canal, sino posicionarse como una alternativa logística complementaria.
No obstante, la competencia con el Canal de Panamá no puede descartarse por completo. Según Carlos Sedano Rodríguez, encargado de la Unidad de Inversión y Desarrollo Comercial del Corredor Interoceánico, el corredor podría generar entre ocho y 10 millones de dólares diarios en ganancias dentro de cinco años, consolidándose como un eje clave para el comercio y la industria en México.
Claudia Sheinbaum ha prometido que para el primer semestre de 2026, el Tren Interoceánico estará operando al 100%, conectando a los océanos Pacífico y Atlántico a través de 1,200 kilómetros de vías férreas.
Además, el cierre de licitaciones en San Blas Atempa y Tapachula II, y la apertura de los primeros polos de desarrollo en 2026 marcan un avance significativo hacia la industrialización de la región.
Sin embargo, Pablo Quezada advierte que el desarrollo será gradual y no se debe esperar una transformación radical en el corto plazo. “No se va a convertir en el próximo Monterrey, pero es positivo para Tabasco y para la región en general”, señaló.
El futuro del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec depende de múltiples factores: desde la continuidad en las políticas de desarrollo hasta la capacidad de capitalizar las ventajas competitivas de la región. Aunque los incentivos fiscales y las inversiones en infraestructura son pasos en la dirección correcta, desafíos como la inseguridad y la falta de mano de obra calificada podrían limitar su impacto.
El 2026 será un año decisivo. Los avances en infraestructura y la operación del Tren Interoceánico marcarán el rumbo del CIIT, pero su éxito dependerá de si puede superar las barreras estructurales y consolidarse como un motor de desarrollo sostenible para el sureste mexicano.