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Casi el 50% de las mujeres se sienten inseguras en el transporte de la CDMX

A pesar de los avances en estrategias del gobierno en la materia, las mujeres han tenido que cambiar su modo de vida para poder transportarse en la capital del país, de acuerdo con organismos.
vie 07 marzo 2025 05:30 AM
movilidad-mujeres
El Metro y microbús son los sistemas en donde las mujeres sufren más agresiones.

Las mujeres tienen una experiencia de movilidad en la Ciudad de México marcada por la inseguridad. La mitad de las capitalinas ha vivido algún tipo de agresión sexual mientras se transporta por la ciudad.

Cada día, al subir al metro, metrobús o microbús u otros de los sistemas de transporte, 47.7% de las mujeres lo hace con miedo a ser agredida. Durante el trayecto, una de cada tres mujeres siente sobre sí miradas morbosas, mientras que otra proporción similar debe soportar "piropos" que lejos de halagar, ofenden y violentan.

Además, más de una cuarta parte, 27.9% ha sentido sido víctima de manos desconocidas tocando su cuerpo sin consentimiento.

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El estudio Movilidad, Género y Capacitación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) e ​​Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo (ITDP) México advierte que estas situaciones provocan que las mujeres cambien la manera en la que viven su cotidianeidad, que cambien su forma de vestir, dejen de salir a ciertas horas del día o modifiquen sus rutas.

Con los datos coincide Gonzalo Peón Carballo, director general de ITDP México, quien señala que la percepción del riesgo es mayor en mujeres, lo que se traduce en que dejen de hacer algunos viajes si una calle no está bien iluminada o si hay muchos lugares donde las personas se pueden esconder, lo que puede facilitar un asalto.

La percepción diferenciada

El análisis muestra además que existe una experiencia de movilidad diferenciada entre mujeres y hombres en la capital mexicana. Nueve de cada 10 hombres afirman nunca haber experimentado violencia sexual al usar el transporte, mientras ninguno reporta sentir miedo ante esta posibilidad.

La percepción de seguridad también varía según el modo de transporte. El Metro destaca como el espacio donde ocurren más agresiones, con el 60% de los casos reportados, seguido por el colectivo o microbús con 35.3%, sin embargo en percepción, los puestos se revierten.

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El Cablebús y el Trolebús resultan los mejor evaluados, con 71.2% y 86.8% respectivamente de usuarias que se sienten seguras. En contraste, el Trolebús Elevado (Línea 10), las unidades de RTP y el transporte concesionado reciben las peores evaluaciones, con porcentajes superiores al 40% de mujeres que se sienten inseguras en estos sistemas.

Iniciativas disueltas

Frente a esta realidad, la Secretaría de Movilidad (Semovi) de la Ciudad de México diseñó en 2019 el Plan Estratégico de Género y Movilidad, con tres ejes principales: reducir las violencias sexuales, fortalecer la paridad de género en el sector transporte, y atender las necesidades específicas de viaje de las mujeres lo cuál ha sido un avance en la materia, aunque insuficientes frente a la magnitud del problema.

Para Paula Soto Villagrán, investigadora de Sociología en la Universidad Autónoma de México (UAM) y colaboradora del estudio, la movilidad es un eje que estructura las ciudades y, aunque se han visto avances tanto institucionales como de investigación, sigue sin tener la relevancia necesaria.

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“Sobre todo en el gobierno de la Ciudad de México. Se inició de manera muy estratégica pensando en un plan de movilidad y género, que identificó ejes, problemáticas y acciones a seguir, (...) pero después se perdieron poco a poco en las acciones”, dice la especialista.

No obstante, lo que se avanzó en materia de estudio puede servir para continuar con las estrategias planteadas. Algunos de estos puntos buenos para la administración pasada fueron las zonas exclusivas de uso de mujeres, personas mayores y niños, la construcción de un protocolo de respuesta en casos de violencia, integración de sistemas de cuidado a los planes de las ciudades.

En esta nueva administración, al tener todavía pocos meses de haber comenzado, aún no se tiene claridad de las prioridades y los planes de continuidad en esta materia.

Para avanzar en esta dirección, el estudio propone acciones en cuatro áreas principales: seguimiento a la estrategia de movilidad y género, generación de información desagregada, desarrollo de infraestructura segura, y programas de sensibilización y educación.

"Sigue siendo el transporte uno de los lugares donde mayor incidencia de violencia sexual hay. Entonces, todo lo que implique la atención, la prevención, el trabajo interinstitucional para que los espacios públicos como lugares de violencia, pero también de cuidado, son necesarios de integrar", señala la investigadora.

El reto para la nueva administración

Con el reciente cambio de administración en la Ciudad de México, el desafío radica en dar continuidad y profundizar los avances alcanzados. El estudio destaca que aún no existe un modelo integral que considere plenamente a las mujeres en el diseño de la movilidad urbana, lo que representa una oportunidad para las nuevas autoridades.

La falta de conocimiento sobre los patrones específicos de movilidad de mujeres, niñas y diversidades sexo-genéricas todavía es un obstáculo fundamental para desarrollar infraestructura y servicios adecuados. Superar esta brecha de información es el primer paso hacia un sistema de transporte verdaderamente inclusivo.

Para avanzar hacia esta meta, la Ciudad de México requiere no solo mantener las acciones iniciadas, sino ampliarlas con énfasis en datos confiables, infraestructura segura y transformación de patrones culturales, de acuerdo a los especialistas.

Para el especialista en movilidad, las mejoras en seguridad benefician a toda la población. "Es un tema que tenemos que trabajar mucho. Es un pendiente importantísimo en México, que puede tener efectos benéficos, no solamente para las mujeres, sino para los hombres", señaló.

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