Durante años, la terminal de autobuses de Observatorio funcionó como punto de cruce entre la capital y el Estado de México, aunque de manera poco eficiente para la mayoría de las personas. Las opciones para llegar a este punto eran limitadas: automóviles o autobuses eran la única opción. En el lugar, miles de personas entraban y salían cada día entre pasillos estrechos, banquetas en mal estado y cruces sin orden.
Observatorio, clave para conectar Toluca y CDMX con transporte público

La estación del Metro operaba sin integración real con los otros servicios. Los traslados ocurrían en medio de desorganización, tráfico y saturación, pero la promesa del gobierno federal es que esta dinámica cambie a partir de este año.

Con la puesta en marcha de las dos primeras fases del Tren “El Insurgente”, se acerca la reconfiguración de este punto que será la clave para unir al Estado de México con el poniente de la Ciudad de México, a través de una terminal de cinco niveles y 250 metros de largo.
Combinará un sistema ferroviario, un nodo de conexión para la Línea 1 del Metro y la futura incorporación de la Línea 12, además de autobuses urbanos, foráneos y servicios de taxi, de acuerdo con el gobierno federal.

Un diseño pensado para el usuario
La estructura separa los modos de transporte por nivel. Las líneas del Metro ocuparán los pisos inferiores y el tren interurbano el superior. Esta configuración busca acortar distancias entre sistemas y facilitar los traslados.

Para Gonzalo Peón, director del Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo (ITDP), el beneficio no radica solo en agregar nuevas rutas, sino en reorganizar los puntos de conexión.
“Ya hay muchísimas personas de los estados vecinos que vienen a trabajar a la Ciudad de México. (...) Lo que va a ser nuevo es cómo suceden algunos de los intercambios entre los distintos modos”, dijo.

Antes, el cruce entre la estación del Metro y la terminal de autobuses implicaba caminar entre obstáculos. Gonzalo Peón recordó los recorridos con largas filas y pasos mal señalizados.
El rediseño soluciona parte de ese problema. “Si les bajaron las escaleras, ¿qué más éxito puede haber que eso?”, comentó.
“Es un diseño funcional y va a convenir a muchas personas, lo cual puede ayudar a que más personas decidan usar el tren”, agregó.

El reto sigue afuera
La transformación de la terminal no incluye por ahora una intervención integral del entorno, por lo que seguirá la falta de mejoras en banquetas, pasos peatonales y áreas comunes.
La movilidad exterior se mantiene fragmentada. “Se ve que está siendo una estación bien integrada adentro, pero no queda claro lo que está haciendo hacia afuera”, dijo y añadió: “Esta estrategia de tener una estación de este tipo tiene que venir acompañada de una estrategia de arreglar el barrio”.

Colonias como Daniel Garza y zonas ubicadas entre Miguel Hidalgo y Álvaro Obregón presentan vialidades complejas, cruces ausentes y condiciones que dificultan caminar. El directivo propone establecer rutas peatonales claras y accesibles desde las colonias cercanas hasta la estación.
También sugirió coordinar la infraestructura con lanzaderas y rutas de transporte urbano que ya operan en la zona.

La iluminación, la señalización y la seguridad representan áreas pendientes. Según el experto, mejorar el espacio público y los accesos puede disminuir la percepción de inseguridad nocturna que persiste en el área.

Reordenar el poniente
Observatorio también descarga presión de otro nodo cercano: Tacubaya. Esta estación concentra actualmente tres líneas del Metro y un alto flujo de transbordos. La llegada de la Línea 12 hasta Observatorio redistribuirá parte de ese flujo.

Para Gonzalo Peón, lo ideal es repensar ambas estaciones en conjunto. “Observatorio se entiende un poco en tándem con Tacubaya… habría que pensar en llevar la Línea 9 hasta Observatorio y también reordenar Tacubaya”, comentó.
La articulación con la Terminal de Autobuses Poniente sigue sin definirse. No se han anunciado intervenciones para mejorar los cruces entre ambas infraestructuras, a pesar de que comparten un mismo entorno y público objetivo, aunque, de acuerdo con la obra existente, estos dos espacios solo están divididos por un muro.

Un cambio de enfoque
El proyecto se inscribe en una estrategia de movilidad metropolitana que prioriza el transporte público de alta capacidad.

La apuesta reciente se concentra en trenes, Metro y trolebuses. Este giro aparece reflejado en obras como el Trolebús Chalco–Santa Martha, el Suburbano hacia el AIFA y el Tren Interurbano hacia Toluca.
Observatorio sintetiza esta visión. Su éxito dependerá de que la infraestructura se complemente con espacio público funcional, entorno seguro y conexión fluida con los vecindarios aledaños. Solo así podrá convertirse en un verdadero centro de movilidad para el Valle de México.

La Línea 1 del Metro llegará hasta Observatorio en septiembre de 2025. El Tren Interurbano también se conectará a finales de año. La extensión de la Línea 12 se completará en 2027 con tres nuevas estaciones: Valentín Campa, Álvaro Obregón y Observatorio.
La línea alcanzará 28.3 kilómetros, con lo que se convertirá en la más larga del Sistema de Transporte Colectivo.