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El Tren Maya a Progreso avanza con decreto y expropiaciones

El gobierno federal expropió en este julio y agosto poco más de 1.1 millones de metros cuadrados para el proyecto.
jue 07 agosto 2025 03:00 PM
El Tren Maya llegará a Progreso, Yucatán, a base de expropiaciones de terrenos y decreto
La extensión del Tren Maya a Puerto Progreso está programada para terminarse en 2027.

El proyecto ferroviario del Tren Maya reactivó su expansión hacia el norte de Yucatán con la construcción del ramal de carga que conectará la estación de Umán con el Puerto de Progreso.

Este agosto, la propuesta se enmarca en una estrategia que conjuga expropiaciones, reorganización institucional y declaratorias de interés nacional para convertir al sureste en una región logística de carga y pasaje.

Esta no es la primera vez que el gobierno federal lleva a cabo el entramado de acciones para acelerar el proyecto. Durante la edificación de la ruta para pasajeros, del mismo proyecto, la declaratoria de la obra como seguridad nacional y la incautación de predios por los que atravesaba el trazo.

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El arranque formal de esta nueva fase ocurrió en abril de 2025 con la presencia de la presidenta Claudia Sheinbaum en Yucatán. Ahí, autoridades federales confirmaron la edificación de infraestructura de carga en dos etapas, con un plazo estimado de dos años y medio y la generación de 26,200 empleos directos.

Las nuevas obras incluyen la construcción de 70 kilómetros de vías férreas entre Mérida y Progreso, de los cuales 40 serán nuevos y 30 rehabilitados, según el general Gustavo Ricardo Vallejo Suárez, comandante del Agrupamiento de Ingenieros Felipe Ángeles.

El decreto que permite priorizar la obra

El 4 de agosto, el gobierno federal publicó en el Diario Oficial de la Federación un decreto que clasifica como “obras asociadas a programas prioritarios o proyectos estratégicos” a la ampliación del Tren Maya hacia Progreso.

Esta figura permite agilizar contrataciones, asignaciones y ejecución de recursos públicos sin requerir modificaciones presupuestales posteriores.

La medida se justifica con base en el Plan Nacional de Desarrollo 2025-2030, que en su Eje Tres, Economía moral y trabajo, establece como objetivos expandir la red ferroviaria con enfoque intermodal y garantizar la movilidad de mercancías, personas y turistas en condiciones de eficiencia, inclusión y seguridad.

Expropiaciones por causa de utilidad pública

La expansión hacia Progreso también implicó nuevas expropiaciones. En julio y agosto, el gobierno federal realizó un total de 16 expropiaciones en los estados de Campeche, Quintana Roo y Yucatán, de acuerdo con los decretos publicados en el Diario Oficial de la Federación.

En conjunto, abarcan 212,152 metros cuadrados destinados a la construcción del Tren Maya, con una indemnización total de 1,313, 395.51 pesos.

Entre las expropiaciones más extensas se encuentra la del ejido Maxcanú, en Yucatán. El 17 de julio se publicó en el Diario Oficial de la Federación el decreto que autoriza la expropiación de 58-29-36 hectáreas, equivalentes a 582,936 metros cuadrados, para destinarse a obras de infraestructura ferroviaria asociadas al Tren Maya.

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La superficie corresponde a tierras de uso común y se ubica en el tramo Maxcanú–Progreso. El monto de la indemnización fue determinado en 292,636.80 pesos, con base en el avalúo realizado por el Instituto de Administración y Avalúos de Bienes Nacionales (Indaabin).

Reorganización institucional y continuidad operativa

Como parte del proceso de consolidación, FONATUR Tren Maya transfirió el proyecto a Tren Maya, empresa de participación estatal mayoritaria sectorizada a la Secretaría de la Defensa Nacional. Esta reorganización fue establecida por decreto presidencial publicado el 1 de marzo de 2024.

La empresa tiene como objeto construir, operar y explotar el sistema ferroviario, además de realizar obras complementarias, sociales e inmobiliarias en todo el país.

Sus facultades legales incluyen la adquisición de terrenos por cualquier forma de tenencia, así como la construcción de estaciones, señalización, electrificación y mantenimiento del sistema ferroviario.

En ese contexto, el Tren Maya busca extender su alcance más allá del turismo, hacia funciones logísticas y de transporte de mercancías. Los nuevos tramos y terminales intermodales forman parte de los compromisos 76 y 77 del Plan Nacional de Desarrollo.

Nuevas terminales y conexión logística

El tramo de carga del Tren Maya contempla cinco terminales intermodales: Poxilá y Progreso, Yucatán, Cancún y Chetumal, en Quintana Roo, y Palenque, en Chiapas. Esta última servirá también como conexión con el Tren Interoceánico.

Además de las terminales, se incluyen cuatro patios de operaciones y una espuela de combustibles interconectados a través de los mil 553 kilómetros de vía existente.

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Según el gobierno federal, este corredor de carga busca reforzar la logística nacional para movilizar mercancías desde y hacia el sureste del país.

La presidenta Sheinbaum declaró que el tren de carga “va a permitir que todo el sureste de México tenga todavía más desarrollo del que se logró con el Tren Maya, que es principalmente turístico”.

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El Tren Maya realizó 16 expropiaciones en julio y la primera semana de agosto de 2025.

Medio ambiente

Mientras tanto, el impacto ambiental del proyecto, uno de los aspectos más cuestionados, sigue en conversación.

Aunque en abril de este año la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) reconoció públicamente los daños causados por la obra en la Península de Yucatán, todavía persisten dudas sobre la magnitud de las afectaciones y la efectividad de las acciones de restauración.

La dependencia anunció un plan integral que incluye reforestación, remediación del acuífero y mejoras en los pasos de fauna, pero organizaciones como Greenpeace han advertido que sin un enfoque científico, participación ciudadana y vigilancia independiente, estas medidas podrían quedarse en acciones simbólicas.

Especialistas insisten en que el tren fragmenta ecosistemas clave y compromete la biodiversidad, especialmente en tramos como el 5 Sur, donde las obras se desarrollaron sobre suelos kársticos con sistemas de cuevas y ríos subterráneos.

El gobierno federal también ha impulsado la construcción de hoteles y bancos de materiales pétreos en zonas cercanas a la vía, lo que ha incrementado la presión sobre la selva y el acuífero regional.

Tan solo en marzo de 2025, la Gaceta Ecológica de la Semarnat incluyó resoluciones favorables para 20 bancos de material pétreo promovidos por la Sedena y cuatro desarrollos hoteleros asociados al Tren Maya.

A esto se suman los impactos del crecimiento de la industria porcícola y los monocultivos industriales en la región, los cuales, de acuerdo con organizaciones ambientalistas, como el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA), y Centinelas del Agua, agravan la contaminación del agua y la pérdida de biodiversidad.

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