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El nuevo Azcapotzalco

La oferta habitacional recompone el tejido social y le da una imagen y un valor distintos a esta zona del DF que estaba muy deteriorada.
vie 19 diciembre 2014 03:20 PM
Azcapotzalco - (Foto: Cortes�a Quiero Casa)

La delegación Azcapotzalco, en el DF, se ha convertido en una de las más dinámicas en desarrollo habitacional; la inversión prevista hasta 2019 es de 13,000 milones de pesos (mdp) para la construcción de 11,000 hogares, según datos de la Cámara Nacional de Vivienda (Canadevi). “Y los ojos siguen puestos en la zona”, apunta su vicepresidente, Manuel García Maass.

La clase media es el motor del crecimiento, con viviendas desde 800,000 pesos hasta 1.5 mdp; es un nicho en donde operan desarrolladoras como Hogares Unión, Urbania, Quiero Casa, Hir, TCM, Ara o Ubicasa, agrega.

La promoción de las autoridades a la inversión, con programas de recuperación de zonas que eran industriales, ha impulsado el crecimiento. Florián Rosa Martínez Perdomo, directora de Desarrollo Urbano de la delegación, explica que hay oportunidades en estas áreas ‘de reciclamiento’, donde hay servicios y vialidades. 

“Contrario a otras zonas de la ciudad, Azcapotzalco presentaba un decrecimiento poblacional, que ha buscado revertirse con el impulso a la vivienda”, subraya la urbanista. El programa de la delegación incluye como zonas de apoyo para vivienda popular y media a las colonias FFCC Nacionales, Moluco, Renacimiento, Puente de Guerra, Las Granjas, Ahuehuetes, La Naranja, Santiago Ahuizotla-Manuel Salazar, Aquiles Serdán y Circuito Interior.

Martínez asevera que para que el desarrollo sea controlado y acorde con el interés de los pobladores que temen el detrimento de los servicios y el suministro de agua, la delegación blindará las 23 áreas de conservación patrimonial del territorio. 

Ante quienes opinan que densificar traería problemas sociales, la funcionaria responde que revisan la propuesta general de ordenación 30 (vivienda de interés popular) y 31 (de interés medio). 

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El planteamiento es evitar que se intervengan estas zonas, “que son comunidades muy antiguas y no están diseñadas para recibir a 50 o 100 nuevas familias”, coincide el arquitecto García Maass.

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