El mejor hotel del mundo está en Yucatán y este grupo lo creó...
A menos de una hora de Mérida, en Chocholá, Yucatán, está el hotel premiado como el mejor del mundo en 2017 por Prix Versailles: el resort Chablé. Sus 40 villas o 'casitas' lo convirtieron en un ícono de la nueva ola de la hotelería mexicana, hasta lograr este reconocimiento internacional. Detrás de la operación está Hamak Hotels, una empresa que ya tiene en proyecto otros cuatro conceptos hoteleros en las principales playas mexicanas.
El grupo fue fundado hace 13 años por Federico Carstens, Alberto Ramírez y Nicolás Domínguez, que comenzaron con un par de hoteles en la Riviera Maya: Ikal del Mar y Esencia. Más tarde los vendieron, cuando los empresarios decidieron comenzar a buscar nuevas oportunidades en el sector, ya no como propietarios, sino como operadores.
"Con el éxito de los hoteles que teníamos, nos empezó a buscar la gente que tenía predios y desarrollos, y fue cuando decidimos hacer el cambio. Cuando se puede, hacemos todo, de la A a la Z, desde la elección del predio hasta el concepto arquitectónico, ingenierías, marketing y la operación como tal", explicó Ramírez.
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El grupo desarrolla hoteles medianos y pequeños en el segmento de ultra lujo, sin una marca insignia y no necesariamente con los mismos diseños y esquemas de inversión, sino con conceptos que se adaptan a cada plaza, desde la arquitectura, los servicios y las amenidades.
"Entendemos el mercado internacional, y lo que quiere este mercado sofisticado es aprender de la cultura de cada lugar en que se hospedan, y esto es algo que Hamak hace muy bien. Hay grupos en que la marca es la marca, nosotros no replicamos conceptos, pero entendemos bien los valores que debemos conservar", mencionó Domínguez.
En todos ellos trabaja con siete propietarios, y tiene otros 10 más con quienes prepara nuevos proyectos. Algunos de los próximos hoteles serán Chablé Maroma en Riviera Maya, un par de hoteles Ikal en Tulum y Cozumel, y otro en Playa del Carmen. Todos tendrán un elemento que los distinguirá de la oferta ya existente en las plazas, añadió Domínguez.
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En términos operativos, la empresa busca ser mucho más flexible con sus propietarios en materia de contratos de operación, así como en los requerimientos para poder operar, ya sea en materia tecnológica, de estandarización y hasta en requerimientos de amenidades y seguridad, explicó Carstens.
Esto permite reducir costos operativos y estabilizar la operación en menor tiempo, pues algunos hoteles han logrado estabilizarse en solo un año.
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