De acuerdo con Klerian, los espacios de coworking “son un reflejo de cómo trabajan hoy las empresas” y fueron exitosos porque “encontraron una manera de reflejar cómo le gusta a la sociedad relacionarse”. Sin embargo, sostiene que “hubo un boom indiscriminado que no era sostenible”.
Arturo Bañuelos, ejecutivo VP también de JLL, explica que el coworking se convirtió en una moda, y muchas empresas lo vieron como opción, lo que comenzó a preocupar a las empresas inmobiliarias, pero “ese ritmo tan acelerado no iba a perdurar”, pues “no es una receta perfecta para todas las empresas”.
Para el experto uno de los modelos que podría funcionar con mayor solidez es una combinación de los tipos de espacios de trabajo. Explica que algunas empresas optarían por tener un front office conforme a su forma y estilo de trabajo, con uno o dos privados y algunos lugares asignados, pero para el back office rentarían un espacio de coworking o le pedirían a una de esas empresas hacerlo, equiparlo y administrarlo.
Alberto Laris, socio fundador y director Estratégico de Gaya, con 30 años de experiencia en el diseño de espacios corporativos, se refiere a otro nuevo modelo en el que WeWork “les dice a las empresas grandes ‘yo te armo toda la infraestructura: oficinas, acabados, aire acondicionado, electricidad, etc, para toda tu empresa”.
Es decir, WeWork les ofrece su estilo de coworking, con un mejor aprovechamiento del espacio, a cambio de que le paguen la renta en condiciones más competitivas, comparadas con el tener que rentar un espacio, diseñarlo, calcularlo, construirlo, amueblarlo y ocuparlo, explica Laris.
No hay marcha atrás en los espacios de trabajo colaborativos, de acuerdo con Alberto Laris, porque responden a los ritmos actuales de trabajo. El coworking seguirá de la mano de otras tendencias como: que ya no existan espacios fijos para los empleados, que ellos puedan escoger dónde sentarse y con quién, dependiendo del trabajo que vayan a realizar y que todos los espacios estén equipados con conexiones inalámbricas.
Klerian estima que el coworking continuará pero “no con estos crecimientos exponenciales” que vimos en los últimos años, y lo hará porque, insiste, “es un reflejo de cómo le gusta trabajar a las empresas, pero no a todas”.