La pandemia acelera la transición al trabajo remoto
La ocupación de oficinas también tendrá un impacto, pues lo corporativos ahora están más preocupados por garantizar la salud de sus empleados y mantener al mismo tiempo sus planes de negocios, para lo que requerirán “ser ágiles y flexibles”.
Además “la epidemia puede poner mayor presión al mercado de oficinas, que ya presentaba un estancamiento en su ciclo, creando un retraso en la inversión y en el crecimiento de las rentas mayor a lo ya previsto”. Sin olvidar que la expansión del trabajo remoto reduciría las tasas de ocupación, por lo que “los arrendamientos en el corto plazo serán los más vulnerables”.
En el largo plazo, se observa que la experiencia de esta contingencia acelerará los procesos hacia el trabajo remoto y la inversión en tecnologías colaborativas, establece el documento de JLL.
En lo que toca a la inversión se observa que todo el primer semestre de 2020 sea muy lento ante la cautela que imponen dos de los sectores que suelen ser más atractivos: el hotelero y de hospitalidad en general y el comercial. Los principales riesgos se hallan en la estabilidad de los ingresos, una operación crítica y la densidad en la ocupación, de acuerdo con la firma inmobiliaria.
JLL considera que el sector inmobiliario y de bienes raíces en general ya ha sorteado otras crisis, por lo que o habría motivo para que no saliera avante de la actual contingencia que plantea la pandemia del Covid-19. “Los bienes raíces siguen ofreciendo atractivos retornos de inversión en comparación con otros activos”.