La clave: vivienda para la clase económica media
Para este y el resto de los sectores, el futuro aún es incierto. Sin una cura ante el desconocido coronavirus, es complicado prever el futuro de la economía, sin embargo, la actualidad y acontecimientos pasados, muestran cuáles podrían ser las salidas de la crisis.
José Shabot, director general de la desarrolladora Quiero Casa, cree que con la atención en el sector adecuado, las inversiones inmobiliarias pueden ser resilientes. Aunque la población mexicana ha perdido poder adquisitivo durante la pandemia, la realidad sigue siendo la misma: la demanda de vivienda media aumenta, mientras la oferta cae.
Aunque la colocación de estos inmuebles será lenta, las personas continuarán necesitando un lugar en donde vivir. “Estamos viviendo en la sociedad del rombo, en la pirámide poblacional hay pocas personas en los segmentos A y B, y la mayoría hay en C y D, pero la oferta de vivienda, es un triángulo, se ha construido mucha para el A y B y poca para los C y D”, explicó Shabot.
Por lo que las desarrolladores dedicadas al sector residencial, ofertado en zonas como Nuevo Polanco en la Ciudad de México y Zapopan en Guadalajara, Jalisco, presentan una sobreoferta que será difícil disolver, por lo que los precios deberán bajar alrededor de 5% y 10% para comercializarse más fácilmente.
Los turistas estadounidenses ayudarán a reactivar el turismo
Mientras haya un riesgo sanitario, las personas preferirán realizar viajes cortos para vacacionar, por lo que turistas de Estados Unidos podrán visitar de forma más frecuente los destinos mexicanos. Lo que ya es una realidad: en la segunda semana de apertura de hoteles en Baja California Sur, específicamente en Los Cabos, los hoteles presentan 30% de ocupación, aproximadamente, y la mayoría es por visitantes provenientes del otro lado de la frontera norte.
El encierro al que estuvieron impuestos impulsará el deseo de salir del país, por lo que las cadenas hoteleras se han preparado para no sólo brindar comodidad y placer a los huéspedes, sino para hacerlos sentir en un lugar seguro, no obstante, “muchas medidas tienen que no ser aparentes para el cliente, pues no debe sentirse como si estuviera en un hospital”, explicó Jaime Fasja.
Las señalizaciones de sanitización de espacios, distancia entre mesas en los restaurantes y camas en los cuartos, además de la constante limpiezas de espacios, debe existir de manera sutil.
La oficina deberá flexibilizarse
Aunque el home office tomó relevancia durante la pandemia, Álvaro Villar, director general de We Work México, considera que es una medida que será adoptada de manera parcial y como solución particular para situaciones como la que se vive actualmente.
Sin embargo, no será la regla para los trabajadores. El experto comentó que las personas son seres sociales que necesitan convivir con el resto y el espacio de trabajo es una opción para hacerlo. Sin embargo, ante el panorama sanitario deberán haber modificaciones.
Una de ellas es cambiar los horarios de los trabajadores y permitir que se realice parte del trabajo en casa, para que en las oficinas no haya gran cantidad de personas que puedan aumentar la posibilidad de contagio de COVID-19.
También se podría dar pie a que las empresas tengan “sucursales” en lugar de una gran oficina. Así, los colaboradores de la compañía no tendrán que realizar grandes traslados para llegar a sus centros de trabajo.