Houm, por ejemplo, surgió en Chile hace cuatro años como una aseguradora de arrendamiento. Ofrecía a sus clientes pagar su renta, aunque por eventualidades ellos no pudieran hacerlo. Pero pronto se transformó en una proptech que además ofrece alquileres sin aval a través de internet.
En 2020, en medio de la crisis sanitaria mundial, trasladaron sus operaciones a Colombia y en enero de este año, a México.
“Actualmente hemos visto que la tecnología es el futuro. Tenemos que aprovechar las bases tecnológicas que tenemos para generar procesos innovadores y poder ser disruptivos ahora en el mercado”, dice en entrevista Camilo Marroquín, CSO y cofundador de la plataforma.
Y el mercado les dio la razón. Comenzaron con 13 propiedades ofertadas a través de su plataforma y en tres meses llegaron a 260 sólo en la Ciudad de México. A estas propiedades asisten los “houmers” que verifican las condiciones del sitio, toman fotos e incluso hacen transmisiones para los recorridos.
Además, continúan ofreciendo a los arrendatarios la póliza de protección por rentas que no se puedan pagar.
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Pero Houm no es un caso único. LaHaus es otra inmobiliaria digital que vio su esplendor durante el inicio de la pandemia. En 2020 crecieron 258% respecto al año anterior y superaron los 600 millones de pesos en ingresos. Rodrigo Sánchez-Ríos, cofundador de la plataforma, dice que el crecimiento que tuvieron en los 12 meses pasados es el que se esperaba tener en toda una década.
Los resultados y el desarrollo del sector atrajo la atención de los inversionistas. En este enero concluyeron una ronda de inversión serie B por 35 millones de dólares, liderada por Greensprin Associates y Hometeam Ventures.