También las necesidades se han diversificado y los proyectos abarcan miles de metros cuadrados horizontales y verticales, en la búsqueda de respuestas a la productividad, a generar plusvalía, reducir problemas de inseguridad, optimizar los espacios. Todo sin olvidar las áreas verdes y la interacción social.
Según la plataforma Icasas, el primer edificio de usos mixtos en el país es Reforma 222, diseñado por el arquitecto Teodoro González de León y construido por el grupo Danhos. Este edificio puede considerarse un parteaguas en la construcción, al erigirse años después del terremoto de 1985, en una ciudad aún golpeada y en una zona que requería un proyecto que la reviviera. El edificio cuenta con tres torres: de oficinas, residencial y centro comercial.
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En el periodo 2012-2017, la Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios, ADI, registró una inversión en usos mixtos de 40%, con 101 proyectos y una superficie construida de 34.7%. Después el paro obligado por la contingencia.
Si el complejo de usos mixtos, Reforma 222 fue el primero en la Ciudad de México, el más reciente es Neuchatel Cuadrante Polanco, que integra torres residenciales, de oficinas, comercios, arte y parques conectados entre sí por vialidades peatonales. Frente al proyecto se encuentra la firma canadiense Ivanhoé Cambridge, con activos a nivel mundial y actividades en inversión, desarrollo, gestión de activos, operaciones y arrendamiento.
La llegada de la firma al país, en septiembre de 2014, estuvo enmarcada por diversos conflictos sociales, locales e internacionales, que “dieron volatilidad a los mercados y tuvieron impacto en el crecimiento de México”, rememora Jorge Margain, director general de Ivanhoé Cambridge México.
El Banco de México (Banxico) en su último informe trimestral de 2014 corrobora “un crecimiento de la economía mundial menor al previsto (sobre todo en Estados Unidos); intensificación de la volatilidad e incertidumbre en los mercados financieros internacionales y disminución adicional en el precio del petróleo y/o en la plataforma de producción.
La inversión para este complejo se realizó en 2015, indica Margain, “sin importar las circunstancias del país que acabo de describir. Al ser inversionistas detectamos las tendencias de largo plazo, en ciudades densas como la Ciudad de México, en donde se vislumbra que el éxito de la inversión inmobiliaria será a través de estos proyectos de usos mixtos, que crean comunidad y se integran con la ciudad”.
Roberto Pulido, director general de Mira, compañía desarrolladora del proyecto, afirmó que el principal atributo del complejo es “maximizar las experiencias para lograr una verdadera calidad de vida en sus habitantes”. Las dos torres de vivienda suman 572 departamentos. Hay 38 mil metros cuadrados rentables en el corporativo, de los cuales 20% ya está ocupado.