Con el paso de los meses y el avance de la vacunación la población de todo el mundo reanudó, de manera acelerada, sus planes en bienes raíces. Datos del informe inmobiliario de Lamudi, plataforma de bienes raíces, muestran que de finales de 2020 a finales de 2021 la búsqueda de viviendas creció 30% en todo el país, una situación atípica, considera Daniel Narváez, vicepresidente de Marketing de la empresa.
Tal incremento aceleró las tendencias y las dejó ver de manera más clara. Una de ellas respecto a la Ciudad de México. La metrópoli con la vivienda más cara de todo el país también tuvo un incremento en el interés por los inmuebles, pero a niveles mínimos comparados con el resto de estados.
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De 2020 a 2021, Querétaro, Quintana Roo e Hidalgo fueron las entidades en las que más incrementó las búsquedas para hacer transacciones de venta y renta de inmuebles (residencias, terrenos, espacios comerciales, industriales, etc), con un 112%, 91% y 57% respectivamente. Mientras que la CDMX quedó en el lugar 27 de 32, con 13%.
A nivel vivienda, de manera particular, el escenario no es muy distinto. La capital del país quedó fuera del top 10 con más desarrollo en la demanda de inmuebles con 22%, mientras que Morelos registró 159.1%, Estado de México 116.9% y Querétaro de Arteaga 107.3%.
La respuesta al cambio está en los costos, explica Daniel Narvaez “las personas comenzaron a buscar lugares más grandes o flexibles, como las casas, en donde pudieran hacer un espacio para oficina o para recibir visitas, y se dieron cuenta de que era más accesible conseguirlo fuera de la Ciudad de México y en lugares no tan alejados”, explicó en conferencia de prensa.
En la CDMX, el precio promedio de una casa es de 4,750,640 pesos, mientras que en el Estado de México es de 2,271,240 pesos, la mitad, y en Querétaro, 2,852,840 pesos. En renta, en la capital es de alrededor de 36,890 pesos mensuales, en el Estado de México de 15,894 pesos y en Querétaro de 13,795 pesos.
No obstante, aunque la demanda se está desacelerando en la Ciudad de México, continuará, así como la elevación de precios “el encarecimiento de la construcción, el bono demográfico y la creciente oferta de inmuebles hará que la ciudad siga siendo cara y buscada para vivir”, apunta Narvaez de Lamudi.