Por otra parte, la empresa Net (work), que cuenta con un aproximado de 11 mil metros cuadrados de espacios de trabajo flexibles, tanto en la Ciudad de México como en el Estado de México, reporta 85% de ocupación de oficinas amuebladas, siendo este su segmento más fuerte, seguido por las oficinas virtuales, coworking y salas de juntas.
Stephanie Ziervogel, directora de operaciones y ventas, indica que en Net (work) se vivió el peor momento durante la pandemia, que fue, sin embargo, de acercamiento y apoyo hacia los clientes. “En lugar de terminaciones anticipadas preferimos negociar, apoyar”. Para el segundo año de contingencia empezaron a regresar ya con las medidas de seguridad.
Para la empresaria, la desocupación de los corporativos “está beneficiando 100% a la renta de los espacios colaborativos y la tendencia sigue creciendo''. La pandemia nos dio una lección; para todo empleado (pyme, trasnacional o persona física) ha cambiado la forma de trabajo y las empresas vieron que pueden ahorrar en oficinas tradicionales y que las necesidades para cada área son distintas; un departamento legal o call center, por ejemplo requiere un espacio 24/7, mientras que el resto puede ser movible.
Otra flexibilidad que ofrecen estos espacios, indica, es que al existir ubicaciones diversas se pueden ocupar de manera indistinta. Por ejemplo, se logra hacer efectiva la fuerza de ventas cuando se tienen que realizar varias actividades como ver clientes y esperar mientras se trabaja, ahorrando así tiempo, dinero y esfuerzo.
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Los dos años de pandemia fueron de beneficio, agrega, “porque se dan soluciones flexibles a las nuevas formas de trabajo, para empresas chicas o grandes; además, participamos con la retención de talento, ya que el empleado que cuenta con espacios correctos, no sólo de trabajo, pero también de convivencia, siente que es valorado, por lo tanto aprecia la calidad del trabajo y el espacio que su compañía le ofrece, con todas las facilidades, tecnología y seguridad que se requiere”.
Finalmente, por la lógica competencia que se genera, Ziervogel considera que el gremio de coworking no entrará a una batalla de precios, “está protegido en ese aspecto, pero vamos a competir en calidad del servicio, lo cual considero sano, todos haciendo el mejor esfuerzo para otorgar al mercado lo que exigen las compañías, darle a sus empleados un lugar de trabajo, amenities, servicio que se refleja en reducción de costos”, finaliza.
Para Cushman & Wakefield, la perspectiva futura es que la Ciudad de México cuenta con fortalezas estructurales, como la continuidad del bono demográfico y la creciente sofisticación de su entorno económico y de negocios continuarán, lo que hará que tarde o temprano las industrias que crean empleos del tipo que demanda espacios de oficinas sigan creciendo.
La firma indica que más estudios confirman la necesidad de contar con espacios de trabajo corporativo más flexibles. Cuando las organizaciones reestructuren sus equipos y formas de trabajo, llegarán también a un nuevo equilibrio para el mercado de oficinas. “La necesidad de contar con lugares donde se fomente la colaboración y la identidad corporativa seguirá teniendo un rol significativo en las ciudades. Los recientes episodios de incertidumbre serán vistos como eventos que aceleraron la evolución del mercado”.