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¿Rentar o comprar? Conoce los pros y contras

Las dos modalidades de adquirir una vivienda tienen ventajas e inconvenientes. Te contamos cuáles son.
mié 27 diciembre 2023 06:00 AM
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Rentar o comprar una vivienda no sólo se debe decidir contemplando, la inversión que se realizará, sino el estilo de vida.

*Este texto se publicó originalmente en la edición de mayo 2023 de Expansión Inmobiliario.

“Rentar es tirar el dinero a la basura” es una frase que se ha dicho durante años cuando se compara esta transacción con la de comprar un inmueble. La idea procede de pensar que, después de un periodo de tiempo, quien optó por adquirir una vivienda termina con un patrimonio, mientras que quien alquila no se hace de una propiedad.

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Esta idea, sin embargo, deja fuera a otros elementos que van desde el dinero que se destina mensualmente al inmueble, así como el tiempo en el que se hace, el estilo de vida y las preferencias personales.

La idea de rentar se ha desmitificado paulatinamente, debido a que la situación inmobiliaria del país ha empujado a las generaciones jóvenes a pensar en la renta como única alternativa. “Hay jóvenes que ya buscan su independencia y generalmente no tienen un ingreso que les permita comprar su vivienda, pero sí rentarla, y se ha dado un fenómeno interesante porque ahora lo que ellos buscan es algo minimalista, totalmente ergonómico”, dice Ignacio Lacunza Magaña, presidente nacional de la Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios (AMPI).

En México hay 5.8 millones de viviendas rentadas, 16% del total nacional. 51.4% de los inquilinos renta porque no tienen recursos o acceso al crédito, 22% por la facilidad de mudarse, 9.7% porque la mensualidad es menor que una hipoteca, a 5.4% no le interesa comprar, 3.3% desea invertir en su persona y 8% lo hace por otros motivos, de acuerdo a la Encuesta Nacional de Vivienda 2020.

A finales de 2022 el interés por el alquiler incrementó. Alejandro García del Río, director comercial de Inmuebles24, plataforma de anuncios de venta y renta de propiedades, señala que la mitad de las búsquedas que se realizan en la página de internet son para venta, a pesar de que 75% de los inmuebles en su portafolio están destinados a la compraventa.

En cuanto a la demanda de alquiler desplegada en el territorio, hay variaciones de acuerdo a la oferta y costos de cada mercado, agrega el presidente de la AMPI. Al norte de México y al centro hay gran demanda de compra de vivienda social, pero al no haber suficiente y tener precios de venta superiores al promedio del país —el costo promedio de vivienda nueva en Nuevo León es de 23,500 pesos por metro cuadrado, mientras que en la Ciudad de México es de 40,000 pesos, señalan los datos de Tinsa. En México, el precio promedio en 2022 fue de 10,651 pesos, de acuerdo a Lamudi —, las personas optan por rentar, cuenta el presidente del organismo.

En el sur y sureste, en donde aún hay disponibilidad de terreno y de hacer viviendas a costos más moderados, la compra todavía toma un papel importante. En la capital del país, la situación varía según la zona. “En la Ciudad de México, 24% de las viviendas son rentadas y, en algunas alcaldías como Miguel Hidalgo o Benito Juárez, 40% del total del parque habitacional es de alquiler tradicional a largo plazo”, agrega Marisol Becerra, directora de Consultoría de Tinsa.

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El precio del alquiler mensual de los inmuebles ha respondido a la demanda: en Ciudad de México, Monterrey y Guadalajara, las ciudades más buscadas para vivir de acuerdo a la experta, se ha visto un crecimiento de 4.53%, 12.06% y 24.81% desde 2018, respectivamente. Querétaro, Mérida y Quintana Roo, las que le siguen en la búsqueda, han aumentado sus precios 5.56%, 31.78% y 50.90% desde 2019, señalan los datos de Inmuebles24.

El fenómeno diverso del territorio también se refleja en los requisitos para rentar. De acuerdo a la AMPI, en el centro de México se opta por pólizas jurídicas o pago de fianzas para darle seguridad al arrendatario y a su patrimonio. Pero en el resto de regiones, el proceso se ha flexibilizado para facilitar la renta.

Comprar o rentar, ¿qué elegir?

Además de la situación económica de una persona o familia, hay factores como el estilo de vida, los planes a largo plazo y preferencias personales que se deben considerar al tomar la decisión de adquirir una propiedad o alquilarla, a las que se les debe poner especial atención porque de ellas dependerá la calidad de vida de los habitantes del inmueble.

Los expertos coinciden en que la opción de rentar se adapta mejor a personas que aún no tienen un empleo estable, que planean mudarse o viajar en algún periodo a corto y mediano plazo —ya que es más rápido realizar una mudanza— o que su empleo demande movilidad constante.

Igualmente, personas que buscan no desembolsar grandes cantidades de dinero mes a mes, como puede resultar el pago de una hipoteca, ya que prefieren invertirlo en otros elementos de su vida, pueden encontrar más conveniente el alquiler.

En cuanto a la opción de compra, puede funcionar mejor para personas que quieran usar un inmueble como inversión, que cuente con estabilidad económica y laboral o que busque asegurar un patrimonio familiar.

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Al comprar

Si el inmueble se adquiere con crédito, además de las mensualidades de pago de hipoteca (que suelen ser superiores al costo de una renta) se deben considerar gastos notariales que incluyen las escrituras, honorarios del notario, impuestos de adquisición y los derechos del registro de propiedad, además del pago al vendedor de la vivienda y los impuestos, explica Alejando García del Río.

Marisol Becerra, de Tinsa, agrega que en algunos desarrollos también se cobra la cuota de equipamiento, sobre todo en proyectos nuevos con muchas amenidades. “Ha sido una tendencia ya desde hace muchos años en inmuebles en donde hay gimnasio, roof garden... Cuando vas a escriturar, te cobran un cargo extra, incluso desde la preventa”, explica. La especialista recomienda preguntar, desde antes de la transacción, si existe este costo adicional, para también considerarlo.

Al rentar

Hay dos modalidades de renta de una vivienda: la tradicional a largo plazo y la de corta estancia. En la primera se deben considerar elementos como una renta adelantada, un depósito y, en ocasiones, una póliza jurídica o fianza.

En la segunda modalidad el costo del depósito previo es mayor, así como la renta, pero se puede ahorrar en gastos de adecuaciones, amoblamiento y servicios, explica el experto de Inmuebles24.

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desarrollo inmobiliario

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