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Las rentas temporales detonan negocio de soluciones ante fricciones vecinales

La falta de regulación de los esquemas de corta estancia, tipo Airbnb, permite a startups, despachos y proveedores ofrecer a vecinos tecnología, adecuación de reglamentos y mediación de conflictos.
vie 20 junio 2025 05:30 AM
Compartir edificio entre dueños y huéspedes genera fricciones, pero también hay un negocio detrás
La situación híbrida entre vecinos de corta estancia y permanentes, ocasiona cada vez más conflicto dentro de los condominios.

En un edificio de seis pisos de la Ciudad de México, dos de los 24 departamentos operan bajo esquemas de renta temporal en plataformas como Airbnb. El contraste en las formas de habitar, sin embargo, es suficiente para transformar la dinámica del lugar.

“No nos comentaron acerca de la existencia de algunos departamentos que rentaban para Airbnb. Nos enteramos cuando empezamos a notar el ruido, (...) el movimiento constante de muebles, puertas, conversaciones nocturnas”, contó Evelyn Alcántara, quien vive en el edificio de la colonia Roma desde hace tres años.

“Han dejado puertas abiertas, hubo goteras por una inundación en el de arriba. No están diseñados para esto”, sentencia la vecina al hablar de las complejidades de cohabitar en un edificio con este tipo de esquemas de renta.

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En zonas como Santa Fe, la Condesa o Cancún, esta coexistencia se vuelve habitual. Inmuebles ocupados por propietarios, rentados a largo plazo o usados como alojamiento de corta estancia, comparten elevadores, estacionamientos, jardines y normas.

El fenómeno, cada vez más extendido, genera fricciones, pero también oportunidades de negocio y ajustes legales para mediar entre los distintos intereses.

Una convivencia no siempre sencilla

Desarrolladora del Parque, que ha entregado más de 12,000 unidades habitacionales en México, reconoce que los esquemas de renta de corta estancia ganan presencia en los desarrollos, sobre todo en unidades menores a 70 metros cuadrados.

“Sí hay que aprender a gestionar esos dos mundos. Una buena administración hace toda la diferencia”, dijo Angélica Soria Gutiérrez, líder de Comunidad y Rentas de Up Santa Fe y Agwa Bosques, en Desarrolladora del Parque.

Los conflictos no necesariamente surgen con los inquilinos de paso, sino con los propietarios que manejan sus unidades bajo modelos independientes. El reto no es menor: en condominios con amenidades compartidas un visitante que desconoce el reglamento puede alterar la rutina de los demás.

“Algunos llegan sin saber que no pueden usar el asador o ciertas áreas comunes. Hay edificios que lo prohíben y multan si detectan un uso indebido”, explicó Arturo Rosales, director de Finanzas de Mica.Rent, una plataforma de gestión inmobiliaria.

Ricardo Velázquez, asesor legal especializado en régimen condominal en Querétaro, miembro de Qrondominios, observa de cerca cómo estos esquemas alteran el tejido comunitario.

“El principal problema es el ruido”, dijo, “muchos llegan con la intención de vacacionar y no saben que hay un reglamento. También está la preocupación por la seguridad: no se sabe quién entra, no se hace investigación previa”.

El problema, señaló Velázquez, es que muchos reglamentos internos aún no contemplan la existencia de plataformas como Airbnb.

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La recomendación del especialista es modificar los documentos del condominio para establecer obligaciones como compartir reglamentos con los huéspedes, registrar a quienes ingresan o incluso exigir una fianza por daños.

“Si el reglamento está bien fundamentado y protocolizado ante notario, es posible aplicar multas. Estas se suman al estado de cuenta del propietario y pueden llegar a ser exigibles legalmente”, explicó.

En algunos casos, los conflictos escalan. Evelyn Alcántara, la inquilina de la colonia Roma, reconoció que aunque no se ha dado un incidente grave, “el riesgo está latente”, pero agrega que no se necesita un problema para darse cuenta de amenazas.

“Es mejor prever desde ahora”, dijo.

Tecnología para gestionar el esquema

Frente a la tensión que genera la entrada y salida constante de huéspedes temporales en edificios habitados por residentes permanentes, han surgido soluciones que buscan reducir los conflictos derivados de la falta de control sobre quién accede a las unidades.

Una de ellas es Livvi, un sistema de control de accesos que se originó ante la necesidad de gestionar entradas en habitaciones de hoteles y departamentos de renta corta sin comprometer la seguridad ni la convivencia en los condominios.

La plataforma permite establecer horarios específicos de acceso que se ajustan a la duración de la reservación, lo que impide que los visitantes ingresen fuera del periodo autorizado.

También permite otorgar claves individuales para personal de mantenimiento o limpieza, lo que evita el uso indiscriminado de llaves o códigos genéricos.

“El propietario sabe exactamente quién entra, cuándo y con qué código”, explicó Thiago Bertozo, director de Excelencia Comercial de Latinoamérica y el Caribe.

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Este tipo de herramientas, inicialmente utilizadas en el sector hotelero, se han adaptado a contextos residenciales con alta rotación, como los edificios con unidades enlistadas en plataformas como Airbnb.

Su uso ha crecido especialmente en esquemas de administración compartida, en donde un mismo administrador opera múltiples departamentos. En Brasil, el sistema ya se utiliza en más de 12,000 unidades y comenzó recientemente su expansión en México.

Plataformas y despachos especializados

Además del control de accesos, otras empresas desarrollan herramientas para facilitar la administración de condominios mixtos. ComunidadFeliz, por ejemplo, permite integrar reglas internas, reservar áreas comunes y gestionar reportes de incidentes.

“El módulo de visitas permite registrar arrendatarios temporales y otorgar tarjetas de acceso”, explicó la empresa.

También se refuerzan las operaciones de despachos jurídicos que ofrecen asesoría para adecuar los reglamentos condominales a esta nueva realidad.

“El reto es que aún no hay una regulación formal a nivel nacional. Pero la ley permite incluir normas que no contradigan los códigos civiles, por lo que sí se puede actuar desde lo local”, dijo Ricardo Velázquez.

Mica.Rent, por su parte, desarrolló un modelo que digitaliza todo el proceso de renta, desde la firma hasta los pagos. Aunque se especializa en contratos de largo plazo, reconoce la presión del mercado de corta estancia.

“Es una inversión con más riesgo, pero también más rentabilidad. Nosotros damos herramientas para que el propietario elija, y algunos ya combinan ambos modelos”, dijo Arturo Rosales.

“En zonas como Roma o Condesa siempre habrá demanda de corto plazo”, señaló el directivo, "pero también hay quienes se hartan de lidiar con el mantenimiento o los reclamos vecinales y regresan a una renta de largo plazo”.

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