“La mayoría del inventario visible en línea no está diseñado para la mayoría de la población”, señala el análisis. Más del 60% de los hogares en México pertenece a los deciles de ingreso medio-bajo, pero esa demanda no encuentra reflejo en la oferta que aparece en las plataformas.
La disparidad se extiende también a nivel urbano. En la Ciudad de México, 54% del inventario en plataformas corresponde a vivienda media alta y solo 4% pertenece al segmento económico.
En Monterrey, el 45% de los anuncios son de propiedades premium, mientras que las categorías popular y económica no alcanzan el 20% combinado.
Guadalajara presenta la distribución más equilibrada: 17% del inventario está clasificado como económico o popular, aunque también mantiene una mayoría concentrada en vivienda de valor medio.
El documento atribuye esta ausencia digital a un conjunto de factores estructurales. Por un lado, la publicación de inmuebles está dominada por grandes intermediarios: 63% del inventario total proviene de grandes agencias, con una predominante orientación a propiedades con mayores márgenes de rentabilidad.
Solo 10% de los anuncios proviene de propietarios directos. “Están digitalmente desconectados. Se requiere una estrategia activa para integrar su inventario de forma simple y acompañada”, indica el informe.
Entre las causas identificadas se encuentran el desconocimiento de las herramientas tecnológicas, la falta de acompañamiento comercial y la preferencia por métodos informales.
A esto se suma la baja participación de agentes independientes y medianos, que pueden diversificar la oferta pero actualmente solo representan 27% del total.