"Alguien que de manera irregular está dentro de una vivienda ¿qué se hace? pues no lo vamos a sacar, pero sí le vamos a advertir que, si no se regulariza, nunca va a ser dueño de la vivienda; la puede ocupar, pero no va a ser de él. Y lo que queremos es que sea de él. Estamos planteando que la puedan adquirir a un precio muy económico, valor en libros, con un esquema, si no son derechohabientes, con un esquema de renta con opción a compra", dijo Octavio Romero, director del Infonavit, el 16 de junio en la conferencia Matutina.
El marco legal en duda
Aunque el enfoque pretende abordar simultáneamente el rezago habitacional y el abandono de propiedades, plantea una serie de retos jurídicos y urbanos que aún no se resuelven en la normativa vigente.
De acuerdo con Daniel Rosas, socio del despacho RRC Abogados, el Infonavit, al tratar con viviendas invadidas, enfrenta un dilema legal.
"Está olvidando todo lo que prevé el Código Civil y el Código de Procedimientos Civiles", dijo, y ejemplificó que cuando un crédito se deja de pagar, la casa funciona como una garantía hipotecaria y debe ejecutarse mediante un procedimiento de adjudicación o remate.
Si no se acatan estos procesos ordinarios, el Instituto estaría actuando fuera del marco legal".
Daniel Rosas, socio de RRC Abogados.
En condiciones normales, el proceso para que el acreedor recupere un inmueble por impago incluye una demanda civil o la ejecución de la hipoteca, donde se requiere una sentencia judicial que ordene el desalojo y, eventualmente, la venta de la propiedad mediante remate.
"Estos mecanismos no se pueden obviar a menos que se expropie el bien conforme a lo previsto en la ley. Todo lo demás bordea la ilegalidad", señaló Rosas.
Solo mediante un proceso de expropiación podría el Instituto disponer de una vivienda abandonada sin el consentimiento formal del titular del crédito. Sin embargo, el procedimiento también exige causas de utilidad pública justificadas y puede enfrentar oposición jurídica de los dueños originales.
Según cifras del Infonavit presentadas en la conferencia matutina del 16 de junio, de las 843,000 viviendas abandonadas y "emproblemadas", alrededor de 145,000 están ocupadas de forma irregular.
La regularización de estos inmuebles, según el abogado, podría representar un enorme reto administrativo y legal si no se revisa caso por caso.
"Si el Instituto no es el dueño formal de la vivienda no puede proceder a su venta sin pasar por un juicio o un proceso de adjudicación", abundó.
También advirtió que muchas de las personas que actualmente habitan las viviendas no conocen su estatus legal, lo que complica el diseño de una política pública que se apoye en litigios activos.
Cuando una casa invadida cuenta con un propietario aún registrado en el Registro Público de la Propiedad, es esa persona quien debe iniciar una denuncia por despojo y un juicio de restitución.