Mercado inmobiliario fragmentado
Desde el punto de vista técnico, Leonardo González Tejeda planteó que el plan constituye una intervención profunda en uno de los mercados más informales y menos monitoreados de la economía mexicana: el de la renta.
La Ciudad de México implementará un observatorio urbano con herramientas de big data, inteligencia artificial y modelos predictivos para evaluar precios, movilidad, cohesión social y patrones comerciales. Este tipo de herramientas podrían convertirse en referentes para otras ciudades del país que enfrentan tensiones similares.
Mencionó que el plan de la capital toma elementos de casos internacionales como Berlín, Barcelona y Viena, y los adapta en un esquema integral que busca reducir la especulación, proteger a las comunidades y fortalecer la función social del suelo.
No hay fórmulas mágicas, pero este modelo puede sentar un precedente para reformas nacionales en desarrollo urbano.
Leonardo Tejeda, consultor inmobiliario.
El impacto económico será significativo. Las nuevas reglas podrían modificar la rentabilidad de los proyectos, agravar la escasez de inventario y tensar aún más la relación entre autoridades y desarrolladores, advirtió.
“El mercado está más segmentado que nunca. Lo que funciona para vivienda social no aplica para residencial plus. La estrategia debe diferenciar claramente entre ambos sectores”, explicó.
Postura del sector: más vivienda, menos regulación
Desde el sector privado, la crítica se centró en el enfoque restrictivo de las medidas. En su posicionamiento, la ADI sostuvo que topes a la renta no resuelven los problemas de fondo y podrían agravar la escasez al desincentivar la inversión.
Propuso una agenda urbana que permita mayor densidad, simplifique trámites y recicle suelo subutilizado. “La ciudad necesita generar las condiciones adecuadas para construirla, en beneficio de todos los que la habitamos”, concluyó.
La organización también destacó que muchas personas que rentan propiedades dependen de esos ingresos para su sustento. Desde su perspectiva, limitar las rentas puede afectar a propietarios individuales y reducir el incentivo para el mantenimiento o rehabilitación de viviendas.
González Tejeda recomendó que los desarrolladores comprendan el nuevo entorno normativo, se sumen a esquemas de cabildeo constructivo y busquen nuevas herramientas financieras, como bonos de impacto social urbano. “Es un momento bisagra para el sector”, apuntó.
Alcance nacional
Aunque el plan está focalizado en zonas específicas, su alcance simbólico, político y legal podría extenderse a otras ciudades. González Tejeda señaló que el modelo podría aplicarse en destinos turísticos e intermedios como Mérida, Oaxaca, Puerto Vallarta o San Miguel de Allende. “Este experimento urbano puede generar una onda expansiva en todo el país”, sostuvo.