Sin embargo, estas cifras oficiales apenas rascan la superficie del problema. Karim Oviedo, presidente de la Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios (AMPI), habla de un crecimiento acelerado en el fenómeno.
"En un solo portal inmobiliario se reportaron 300 intentos de fraudes en 2024, para mayo de 2025 ya reportaba más de 3,500 intentos de fraudes". Este crecimiento exponencial refleja cómo la digitalización ha amplificado las oportunidades para los estafadores.
Geografía del fraude
Los mercados urbanos concentran la mayor actividad fraudulenta. La Ciudad de México domina el panorama con 456 casos ciudadanos y 127 denuncias formales ante Profeco durante el segundo trimestre, con el 69% de todos los casos a nivel nacional.
No obstante, por número de habitantes, la mayor concentración de estafas están en las ciudades del norte como Monterrey y Querétaro.
Esta concentración urbana no es casualidad: son precisamente estos mercados los que han experimentado mayor digitalización y donde convergen más compradores, vendedores y arrendadores desprotegidos.
Rentas: el blanco favorito
Los arrendamientos se han convertido en el terreno más fértil para los estafadores. De los 660 casos ciudadanos reportados, 587 correspondieron a rentas, mientras que las ventas representaron 73 casos, en los datos generales.
En las denuncias formales ante Profeco, 190 de los casos se relacionaron con arrendamientos y 94 con compraventas. De acuerdo con Karim Oviedo, principalmente en viviendas usadas.
"No se revisa que la propiedad corresponda a la persona que se nos presenta. Esto desalienta inversiones de extranjeros y de particulares nacionales que buscan hacer un negocio futuro”, comentó Oviedo
Los tipos de fraude más comunes incluyen publicidad engañosa con 97 casos, incumplimiento contractual con 80 casos, cobros no autorizados con 65 casos y problemas de calidad deficiente con 42 casos. El monto promedio de estafa asciende a 43,000 pesos, de acuerdo con el análisis de Tejeda.