Kitsch: Sólo para valientes
Se entiende como kitsch algo de mal gusto o relativo al arte popular y religioso. En realidad, el término es mucho más que eso. Hoy, en términos de diseño interior, refiere más el colorido exagerado, el uso de materiales plásticos, los adornos de todo tipo en grandes cantidades y los muebles llamativos. Adicionalmente, el más incoherente eclecticismo está permitido. No es necesario que nada combine entre sí. Pueden usarse objetos alusivos al barroco junto con pop art y manualidades.
Sin embargo, para un diseño kitsch realmente exitoso, el reto es lograr que un ‘maximalismo irreverente’ luzca, por incongruente que suene, de buen gusto; sin dejar de lado el toque divertido y sarcástico que lo caracteriza. Un poco de moderación nunca está de más, lo que hará resaltar cada pieza en lugar de que se pierda entre la multitud.
Como toda representación artística, el kitsch tiene distintas manifestaciones dependiendo de su procedencia.
Por ejemplo, para el diseño del salón de belleza eslovaco YMS, el estudio Kitsch Nitsch recurrió a la ornamentación plástica, decorando todo el recinto con viniles para darle un efecto casi escenográfico. El uso de color fue clave, y apostaron por tonos pasteles combinados con amarillo, rojo y rosa brillantes, además de blanco y negro.
En México, el kitsch es una de las más importantes manifestaciones culturales. Iconografías como calaveras, papel picado, vírgenes, flores y personajes como Frida Kahlo y El Santo, se fabrican multidisciplinariamente en papel maché, cerámica, pinturas, colage y textiles, entre otras técnicas.
Pero si bien muchos gustan del kitsch, para otros puede ser demasiado. En esos casos, en lugar de totalizar un interior, una opción es incorporar piezas selectas al proyecto, más como un acento que como un estilo de diseño.
Un ejemplo de despacho mexicano que combina lo mejor de la tradición mexicana con un toque vanguardista único es el rococó, muchos de sus muebles son fáciles de incorporar a cualquier espacio sin que éste se vea cargado.
Las opciones pueden ser variables, pero tanto en éste como en el otro lado del orbe lo importante es conservar el buen gusto, incluso con todo y kitsch.