Las decoradoras únicamente crean atmósferas estéticas
La labor principal de una decoradora es crear atmósferas, al añadir un toque personal y 'mágico', mientras que una diseñadora crea espacios funcionales que van de acuerdo con las necesidades de sus clientes, coinciden diversas profesionistas.
Para Melissa Falcón, de Amo ATO Studio, en el diseño interior el trabajo es más global, ya que se realiza un estudio del espacio, las necesidades del cliente, las tendencias, etc. El resultado, afirma, es más a fondo y más completo. En la decoración el trabajo es más específico, pues te centras en los detalles y en qué accesorios o elementos se deben integrar.
Valentina González Wohlers, de VAL, opina que un decorador se ocupa de la estética: con buen gusto se puede decorar sin un título profesional. Un diseñador debe tener conocimientos en ingeniería y arquitectura para desarrollar un proyecto; tiene la responsabilidad de hacer que un espacio funcione, más allá de los valores estéticos.
Rosy Chaidez, de DARKITEKTURA, comenta que la decoradora imprime un estilo, valiéndose de un sinfín de elementos decorativos, mientras una diseñadora transforma los espacios para mejorar su aprovechamiento mediante un análisis de áreas y con base en el programa del cliente para definir un proyecto a la medida.
Por otro lado, Elizabeth Gómez Coello, de Muro Rojo, cree que el trabajo de una decoradora es crear una atmósfera enfocándose a nivel de objeto, mobiliario y color. Mientras, como arquitecta de interiores se tiene una visión más integral del espacio, y la propuesta surge a nivel funcional, se trabaja sobre la distribución interior para llegar a una propuesta de layout.
