Luz indirecta, la fórmula para hacer 'magia' en un espacio

Cuando hablamos de luz indirecta nos referimos a aquella que no se dirige sobre algo en particular. Justo como su nombre indica, este tipo de iluminación es tenue, ya que se distribuye uniformemente a través de algún elemento arquitectónico; por ejemplo: pantallas, lámparas empotradas o cajillos.

• Pantallas translúcidas. Pueden ser acrílicas o de cristal y pueden encontrarse verticales (como separadores de ambientes) u horizontales, como parte del plafón, y su función es difuminar la luz proveniente de las luminarias que están detrás para crear un ambiente con cualidades etéreas.

• Lámparas empotradas. Generalmente se usan para escaleras, pasillos recibidores y paredes decorativas y tienen la función de 'bañar' de luz los muros, techos o pisos, dependiendo de dónde provenga la luz. 

• Cajillos. El diseño de techos y plafones contempla casi como parte esencial el trazo de cajillos para albergar luz indirecta y va estrictamente relacionado con la distribución de áreas y con las circulaciones, pues entre otras cosas, tienen el fin de delinear los recorridos, enmarcar una zona que se quiere destacar o diferenciar un uso de otro (aplica mucho en tipologías de plantas abiertas, donde puede llegar a confundirse lo público y lo privado o la sala y el comedor). Por otro lado, son parte de la decoración de las habitaciones, es común que veamos cajillos a lo largo de los ventanales, para iluminar cenitalmente las cortinas o persianas.

• Entre las cosas que hay que tener claras antes de decidir dónde usar luz indirecta es qué se quiere del espacio. Por ejemplo, si se busca darle profundidad, lo más recomendable es usar cajillos horizontales; si el espacio debe inspirar pasividad, lo ideal es dirigir la luz hacia el techo para tener menos contraste de sombras, eso hará que todo sea más suave. Y por último, tener en cuenta que el color de la pantalla, del foco o de la superficie sobre la que se refleja, tiene una influencia directa con el resultado, pues un color frío será más sobrio y místico, mientras que un cálido será más hogareño y acogedor.

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* Directora de Proyectotal ( proyectotal.com ) y arquitecta por el Tecnológico de Monterrey