El diseño rentabiliza el interiorismo en retail
El diseño es un elemento facilitador de la innovación; ha dejado de ser sólo tecnológica para ampliar su alcance a otras áreas, hasta el punto en que, desde hace años, ya se habla de innovación de producto en marketing, imagen, identidad o procesos y organización.
Por esta razón, saber lo que pasa en el mundo, de lo particular a lo general y viceversa, se convierte en una herramienta vital para el desarrollo de proyectos de calidad y sobre todo de vanguardia global.
En mi opinión, se debe apostar por el resultado `diseño = modelo de negocio´, que conjuntamente con un buen proyecto y la industria, nos resulta una respuesta creativa e innovadora.
Numerosos casos de éxito corroboran que el buen diseño es buen negocio. Esta disciplina forma parte de la cultura y el ADN de una empresa, desde un punto de vista estratégico, estético y funcional. Un buen diseño genera confianza y empatía a través de códigos de comunicación que:
- Representan valores.
- Consiguen que la experiencia de los clientes o usuarios sea única gracias a la diferenciación.
- Ayudan a ser más competitivo, lo que permite ahorrar costos importantes.
Para muchos, el diseño aún significa el brillo superficial de mejores espacios o gráficos más limpios, pero hoy en día la innovación está ligada a él. Se ha vuelto una ventaja decisiva en incontables negocios, además de ser una herramienta crucial para evitar la indiferenciación. Sólo el diseño tiene el poder de seducir y deleitar. Y no se está viendo sólo como una solución de problemas de negocios.
En un futuro inmediato, buena parte del éxito de mercado de muchas marcas dependerá de la manera correcta y sistemática en que consideren el diseño como una actividad integrada en el proceso global de innovación. Por ello, desde la óptica y la perspectiva de los negocios, el diseño debe ser entendido como: proceso, tecnología y servicio a la medida.
El diseño de un producto se extiende más allá de su apariencia y su funcionalidad aun cuando éste no sea un elemento visible una vez que se haya implementado. Una analogía es el caso de las tuberías. Existe una amplia gama de opciones funcionales que van desde el legendario tubo de cobre hasta el reciente Tuboplus con tecnología PPR, flexibilidad interna y filtro exterior UV.
En realidad ambas opciones son funcionales; no obstante, la tecnología invertida en el último y el enfoque dirigido a las necesidades que integra su diseño, lo convierte en un producto hecho a la medida de cualquier clima en términos de resistencia.
A medida que la competitividad se intensifica, el diseño constituye un elemento cada vez más importante de diferenciación y posicionamiento de los productos y los servicios de una empresa. Por lo tanto, podemos decir que la consecuencia evidente de la aplicación de un diseño innovador en las empresas es el resultado de un mayor beneficio.
En el sector del retail se debe considerar la inversión en diseño, como el acceso a una capitalización, es decir, a una inversión en intangibles. Yo siempre digo que los diseñadores no somos un costo agregado para la industria, sino un valor agregado.
El diseño se convierte en un elemento diferenciador del producto, es la pieza principal que puede determinar, o no, la compra.
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*Fundador del despacho de diseño Manuel Torres Design, especializado en el diseño de espacios,mobiliario y elementos industriales.