Un departamento 'hecho' con triángulos
En el número 34 de la calle Avinyó, en Barcelona España, se encuentra un edificio que data del siglo XIX. Su peculiar diseño, de forma triangular, puso en aprietos al arquitecto David Kohn cuando los propietarios del inmueble, Chris y Nick Gradel, le pidieron una intervención en sus interiores.
Los hermanos Gradel solicitaron a su amigo de la infancia, David Kohn, integrar todos los espacios, pues el inmueble aún mantenía la estructura de 1950.
El departamento, situado en la primera planta, goza de una altura de 5 m que Chris y Nick querían aprovechar para crear un segundo piso y acoger con comodidad a familiares y amigos. También pidieron un espacio común de encuentro, pues el departamento, de 98 m2, se encontraba subdividido en diferentes estancias sub-aprovechadas. Para este proyecto hubo un presupuesto de 3.9 millones de pesos (mdp).
Fotos David Kohn Architects
Los retos por superar
Cuando Kohn visitó por primera vez el departamento, en 2010, se encontró con varias problemáticas: “Estaba subdividido en pequeñas habitaciones sin un espacio de reunión. Además, dado que el edificio hace esquina, la superficie triangular complica su aprovechamiento”, recuerda Kohn.
Para afrontar estas problemáticas, el arquitecto británico encontró la solución en las baldosas que ocupaban el suelo original del departamento. Éstas, completamente dañadas, estaban hechas con una técnica conocida como hidráulica, que es característica del modernismo catalán del siglo XIX y principios del XX
y se basa en losas pigmentadas a partir de la presión que ejercen los moldes metálicos preparados para cada diseño.
Además de su resistencia, estas losas se caracterizan por su variedad de dibujos.
Fotos David Kohn Architects
En busca de aliados
“David Kohn quería un suelo artesanal para el apartamento de Avinyó”, dice Albert Martí, de Mosaicos Martí, la única empresa catalana que fabrica este tipo de losas en la actualidad.
“Las losas tienen tradicionalmente una forma cuadrada, hexagonal u octogonal. David quería triangulares”, explica Martí.
La tarea no era sencilla, cada baldosa, de 294.8 x 275.07 mm, debía incluir 25 triángulos de 147.4 x 137.53 mm.
Cada pequeño triángulo juega con cuatro tonos: dos rojos y dos verdes. Estos colores fueron elegidos por su significado en la historia de la ciudad, pues son típicos del modernismo Catalán e imitan los tonos originales del vestíbulo del edificio.
Fotos David Kohn Architects
Sensaciones ópticas
La finalidad de este diseño geométrico fue crear un efecto visual con el que se logra prescindir de paredes y puertas, abriendo el espacio para introducir áreas comunes, divididas cromáticamente.
El degradado transita desde el rojo en el extremo, donde se encuentra la cocina, hasta el verde de las habitaciones, situadas al otro lado del apartamento. El cambio de colores sucede de forma tan gradual que es apenas perceptible. Para lograrlo, Kohn diseñó 26 baldosas diferentes, las cuales crean este efecto.
De acuerdo con el arquitecto, este resultado no sería posible con baldosas producidas a escala industrial, pues el conjunto funciona gracias a que cada pieza es única. Este trabajo artesanal permite controlar cada matiz, como el número
de pequeños triángulos interiores y las tonalidades que planeó en cada pieza.
Fotos David Kohn Architects
El procedimiento
De acuerdo con Martí, los triángulos del suelo del apartamento de la calle Avinyó requirieron de varias revisiones para que cada pieza encajara a la perfección. En total fueron nueve meses de trabajo para esta empresa centenaria.
La personalización que aporta este elemento es clave. “Estas baldosas fueron hechas exclusivamente para el proyecto, son casi irrepetibles a nivel artesanal”, concluye Martí.
Fotos David Kohn Architects
La transformación
Para completar, Kohn ideó una segunda planta de estilo mezzanine, con dos alas que aprovechan el área del departamento.
Una pasarela de acero sirve de pasillo para conectar ambos pisos a través de una escalera móvil.
La distribución resultó de la siguiente manera: el salón, en el piso inferior, es ahora un espacio diáfano sin ningún tipo de muro, en el que está la cocina y una de las habitaciones principales detrás de un bloque de madera que otorga privacidad.En la planta superior, a la altura de la cocina, hay una segunda habitación, mientras que la tercera se encuentra encima de la habitación inferior.
Con esta redistribución, Kohn logró cumplir los objetivos: proveer de un espacio de reunión sin necesidad de paredes, aprovechar la altura del departamento para incluir una segunda planta conectada a través de una estrecha pasarela que no satura visualmente el espacio ganado, e incluir espacios íntimos.
Para el arquitecto, utilizar técnicas locales en este proyecto demuestra que “los interiores también pueden crear una relación con el entorno en el que se
encuentran”.
Las soluciones ideadas por Kohn le hicieron merecedor del premio INSIDE al mejor interior de 2013.
Fotos David Kohn Architects