Interiorismo, clave en la experiencia para el turismo
La experiencia integral es la aspiración suprema del viajero, pero esto no sería posible sin el triángulo mágico: servicio, interiorismo y arquitectura. Así lo considera Roberto Elías, fundador y director de la firma Elías Estudio, especializada en planeación y diseño de desarrollos inmobilarios, arquitectónicos y de interiores.
De acuerdo con Elías, el monto a invertir en instalaciones, accesorios y mobiliario representa entre 25% y 35% de la inversión total por llave.
Qué quieren los viajeros
Adam Brownstein, fundador y director de buuteeq.com, empresa de mercado-
tecnia digital especializada en la industria turística, dio a conocer a Obras que de acuerdo con su estudio Marketing Automation y Hotelería, 75% de los usuarios de internet que buscan hoteles turísticos, dan su primer clic a la información relacionada con las habitaciones. Las siguientes preferencias son las fotogra-
fías del hotel en general y la información de la ubicación.
Cortesía Hyatt
Lujo de negocios
La innovación y la sofisticación de cada elemento deben ser parte de la experiencia de hospedarse en un hotel de lujo o de gran turismo. Aquí, los elementos diferenciadores son la calidad y el ingenio.
Un proyecto representativo de este segmento es el hotel Hyatt Regency Mexico City (HRMC). El hotel, anteriormente Nikko y adquirido por la cadena Hyatt, inició su proceso de renovación en septiembre de 2013, con una inversión de 40 millones de dólares (mdd).
El concepto arquitectónico está a cargo de la firma George Wong, con sede en Nueva York, en conjunto con el estudio mexicano de arquitectura Parque Humano.
Las obras están enfocadas al rediseño y la reconstrucción de áreas públicas como el lobby, las suites y el club, con nuevo mobiliario, accesorios, iluminación y obras de arte. El proyecto de renovación busca espacios que tengan la esencia de una casa moderna y que propongan un ambiente innovador y vanguardista.
Cada una de las 755 habitaciones fue demolida para construir espacios con tonos de color madera y dar una imagen contemporánea. Las opciones estándar miden 28 m2 y tienen decoración minimalista con discretos acentos vanguardistas, como cortinas y biombos de seda que armonizan con la cabecera.
Otro ejemplo de interiorismo de lujo en hotelería es la segunda torre del JW Marriott Marquis, inaugurada recientemente en Dubái, Emiratos Árabes Unidos.
JW, marca de lujo de la cadena Marriott, tiene como meta lograr que sus huéspedes que viajan por placer o negocio disfruten un viaje brillante (travel brilliantly) a través de espacios multifacéticos de alto diseño y tecnología avanzada.
Un ejemplo de sus innovaciones es el concepto greatroom lobby, que ya aplica en decenas de hoteles y que plantea la eliminación de barreras arquitectónicas y divide el espacio en zonas abiertas, donde las personas pueden trabajar, relajarse, tomar una copa o cenar, siguiendo las tendencias de los estilos de vida contemporáneos.
En México, otro representativo hotel del segmento de lujo es The Ritz Carlton Cancún, que fue sometido a un ambicioso proceso de renovación. El diseño de las habitaciones lo realizó Arquitectura de Interiores, la misma firma que estuvo a cargo del proyecto original hace 20 años.
Respetando el estilo arquitectónico de elegancia y clase que caracteriza a este hotel “se buscó dar un toque más contemporáneo a través de tonalidades y colores más frescos como azul, beige, gris y arena, lo que favorece la luminosidad y la sensación de amplitud en la habitación. La alfombra es orgánica y busca dar la sensación de la continuidad de las ondas del mar”, detalla Hugo Lecanda, gerente general del hotel.
Cada espacio dispone de televisores led de 42 pulgadas, cafetera Nespresso e internet inalámbrico. En los baños, los accesorios son de ónix y las amenidades tienen el reconocido sello Asprey London.
Los materiales presentes en las habitaciones incluyen diferentes tipos y tonos de madera, tejidos de palma, metales, cerámica, cristales, textiles importados y muebles hechos en México, a la medida y bajo diseños exclusivos. Numerosos espacios están decorados con piezas de arte de la región y del país. La alfombra es orgánica y busca dar la sensación de la continuidad de las ondas del mar.
Las suites, que miden 80 m2, algunas con comedor para cuatro y ocho personas, cubren el mismo estilo contemporáneo del resto del hotel, pero tienen una selección diferente de textiles y mobiliario.
Cortesía Hyatt
Resorts todo incluído
Este segmento busca satisfacer de manera particular las necesidades de funciona-
lidad para las familias, los jóvenes y los niños, y ello es determinante a la hora de establecer los criterios y factores del diseño. Generalmente estos principios corresponden a elementos prácticos, útiles y funcionales: espacios multifuncionales, mobiliario cómodo y resistente, sin sacrificar el buen gusto.
Las habitaciones no pueden ser muy pequeñas, ya que además de que tienen que dar cabida por lo general a dos camas grandes, es común que los huéspedes soliciten alguna cama extra o cuna. El promedio de superficie se ubica entre 25 y 35 m2.
El mobiliario básico consiste en una o dos camas, mesas laterales, escritorio, sillón, cómoda y armario. Dentro del equipamiento no puede faltar una pantalla, equipo de audio y despertador, mini bar, caja de seguridad, aire acondicionado, acceso a internet, luces de lectura, cafetera, secador de cabello, espejo de aumento y amenidades de baño.
Los resorts deben considerar también el perfil o la temática de su propuesta, ya sea playa, montaña o aventura. En el caso de los resorts de playa −los más emblemáticos de este segmento−, los expertos sugieren priorizar propuestas enfocadas a las actividades al aire libre, quizá a través de cabañas particulares, clubes de playa especializados y temáticos.
Cortesía Grupo Hbita/ Undine Prohl
Experiencia boutique
Como ningún otro segmento, esta práctica está centrada en el hotel mismo. En
estos casos, el inmueble es parte inherente de la vivencia de viaje. Así debe ser concebido y así debe expresarse en cada uno de los detalles.
Es frecuente que estos hoteles de limitado número de habitaciones ocupen inmuebles con valor histórico o cultural, casonas antiguas remodeladas expresamente para la experiencia boutique.
El mobiliario exclusivo, la decoración cuidada al extremo y el valor temático ocupan un lugar prioritario, al igual que la ambientación, la iluminación y la intimidad.
En México, apenas unos meses después de ser inaugurado, el Hotel Escondido, ubicado en una playa remota al norte de Puerto Escondido, Oaxaca, fue reconocido con el Premio 2014 Noldi Schreck al mejor hotel boutique del país, que otorga la revista Glocal Design Magazine.
El hotel, de Grupo Habita, está conformado por 16 bungalows construidos sobre un terreno de 200 m frente a la playa.
Cortesía Grupo Hbita/ Undine Prohl
La arquitectura interior destaca por sus palapas de madera reciclable de pa-
rota, pisos de madera tropical y mobiliario vintage; todo de origen local. Las habi-
taciones miden 40 m2, además cuentan con terraza y alberca privada. Las persianas de madera decoradas con artesanías regionales fueron diseñadas para dar la bienvenida a la luz natural. Y para un descanso perfecto están las hamacas colgadas con vista a la piscina.
Este es el segmento que da mayor oportunidad a empresarios creativos y emprendedores con ideas de vanguardia. Los conceptos boutique permiten alcanzar la excelencia hotelera en muy buena parte a través del interiorismo.
Cortesía Grupo Hbita/ Undine Prohl
