Bares, oportunidad de oro para interioristas
El mercado de hospitalidad es una de las especialidades más complejas del interiorismo, explica el arquitecto Juan Bernardo Dolores, Presidente Iberoamericano del Consejo Iberoamericano de Diseñadores de Interiores, (CIDI).
En particular, el segmento de restaurantes, bares y antros es un negocio atractivo para interioristas. La corta vida de estos establecimientos determina que las prácticas de diseño de interiores estén pautadas en la relación inversión-eficiencia del espacio.
Gastón Romero, director general de Hospitalidad México Consultores, concuerda: “se trata de un mercado en constante renovación, y eso es una oportunidad para los interioristas”.
Tamaño del mercado
De acuerdo con la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac), el ramo está conformado por 420,000 negocios formales —desde torterías hasta restaurantes de servicio completo— con ventas anuales de casi 183,000 millones de pesos (mdp). Su participación en el PIB nacional es de 1.4%, y de 13% en el PIB turístico. Asimismo, se trata del segundo empleador en el ámbito nacional.
Las cifras no incluyen los negocios sin afiliación a la Canirac. Romero estima que el universo competo abarca unos 4 millones de negocios, entre formales e informales.
El experto también calcula que entre 8 y 12% de ese universo lo constituyen sólo bares y antros. Pero considerando que muchos restaurantes tienen bar, y todos estos negocios se renuevan en un ciclo de dos a tres años, se trata de una fuente de trabajo constante para los interioristas.
Tendencias
“El modelo de un restaurante casual dinning, es lo que más está creciendo en el país. Es un modelo de negocio de un millón y medio de pesos, con ventas o flujos de efectivo neto mensuales de 25 a 30%; los negocios de antros se pueden ir de 1.5 a 10 mdp mensuales, con utilidades de 2.5 a 3 mdp. Pero la durabilidad es corta”, detalla Romero.
Con el objetivo de sobrevivir en el mercado, estos negocios diversifican sus modelos a fin de tener lograr una mayor rentabilidad del espacio. Durante el día son restaurantes y conforme avanza la noche se convierten en lounge y hasta bares. Este mix permite perdurar en el tiempo.
Romero aconseja a los interioristas “contactar directamente a grupos que operen antros, porque es poco probable que un inversionista independiente, que no venga del rubro de alimentos y bebidas, se anime a controlar un negocio de una complejidad tan grande”.
Otra ventaja de este mercado, apunta, es que a diferencia de otros, no está concentrado en la capital del país. Además de las grandes ciudades, destinos turísticos con dinamismo son: “Acapulco, Cancún, Riviera Maya, Los Cabos, Puerto Vallarta, Veracruz y Mazatlán”.
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Socios de negocios
Entre los grupos operadores están Grupo Classico, con 15 franquicias, entre ellas: el antro Classico, Hunter, Juan Soldado y Rain Disco; y el Grupo Pueblo Bonito Resorts y Spas, de Ernesto Coppel Kelly, que opera ocho resorts distribuidos entre Los Cabos y Mazatlán.
El Grupo Impulza, con sede en León, Guanajuato, opera bares y restaurantes en 19 entidades federativas. Entre sus marcas, el Barezzito — sushi, bar y música— se ha replicado en 10 ciudades mexicanas y en Miami, Florida. Mientras que su marca La puerta de Alcalá tiene presencia en Guadalajara, Monterrey, San Luis Potosí y el DF (Polanco).
El Grupo sO´fa Entertainment, basado en Miami, opera 30 casas en México y Estados Unidos. Entre una decena de marcas de este grupo están La Cervecería de Barrio, Don Quintín y Chuchito Pérez.
Servicio postventa
Los interioristas, indica Romero, podrían `paquetear´ servicios de renovación a largo plazo, e incluir en su oferta otros como diseño corporativo, a fin de competir por las asignaciones, las cuales se hacen por licitación.
Es imprescindible que el interiorista estudie las regulaciones locales de uso de suelo, seguridad e higiene, así como las normas oficiales mexicanas en la materia. “No es lo mismo operar en DF que en Cuernavaca, y estamos a media hora”, apunta el experto.
Esto, tanto para realizar diseños que observen la normatividad, como para sustentar sus decisiones de diseño, ante los clientes.
La Ley de Establecimientos Mercantiles del DF, por ejemplo, establece que los bares deben contar con videocámaras, extinguidores, mingitorios secos, y que el mobiliario debe estar recubierto con un material antiinflamable, por ejemplo.
Para recibir capacitación, los interioristas pueden acudir a la Canirac —que ofrece documentos, cursos y manuales para el correcto montaje de restaurantes y bares—, así como a las asociaciones locales de bares y restaurantes.
